El director del ICE, John Morton, anunció hoy en rueda de prensa este número "récord" de arrestos, y advirtió que Estados Unidos continuará desmantelando este tipo de pandillas para "liberar las calles no sólo de los traficantes de drogas, sino de la violencia asociada con este comercio".
De los 678 detenidos en la operación "Shouthern Tempest" (Tempestad Sureña), que comenzó en diciembre de 2010 y concluyó en febrero, 231 tenían cargos civiles por estar en el país en situación irregular, y 421 eran extranjeros.
Los extranjeros arrestados procedían de Sudamérica, Centroamérica, Asia, África, y el Caribe.
La acción se saldó con el decomiso de 86 armas de fuego, 3,6 kilogramos de metanfetamina, 13,6 kilogramos de marihuana, medio kilo de cocaína, dos vehículos, y más de 70.000 dólares.
Los individuos arrestados pertenecían a un total de 133 bandas diferentes, entre ellas Los sureños, 18th Street, Latin Kings, Bloods, Crips, MS-13, Mexican Mafia, Tango Blast, y Florencia 13.
Morton subrayó que la acción se desarrolló en todos los estados del país y en un total de 168 ciudades.
No obstante, donde se detectó una mayor incidencia de este tipo de pandillas fue en las grandes metrópolis como Los Ángeles, Miami, Nueva York, y Atlanta, así como en ciudades próximas a la frontera de Estados Unidos y México.
Las bandas trasnacionales tienen una "propensión a la violencia, como cualquier otra pandilla callejera", alertó Morton, para añadir que los miembros de estas organizaciones comenten robos, extorsión, asaltos, violaciones y asesinatos.
En este sentido, un total de 447 de los arrestados tenían cargos por delitos penales, y 322 poseían antecedentes criminales.
Morton hizo especial hincapié en que las personas que han sido detenidas "no son productivas para la sociedad" y justificó los esfuerzos del ICE en la necesidad de "hacer los barrios más seguros y fuertes frente a estas bandas".
La operación "Tempestad Sureña", con 678 personas detenidas, obtuvo casi el mismo resultado en tres meses que la gran redada que el gobierno de Barack Obama llevó a cabo la pasada semana contra carteles mexicanos y sus socios en Estados Unidos, que se saldó con 676 arrestados y con la incautación de una gran cantidad de drogas, armas y dinero.
La enorme redada se produjo una semana después de que dos agentes de ICE fueran blanco de un ataque por un grupo de desconocidos en una carretera en San Luis Potosí, en México, pese a que se identificaron como diplomáticos.
En el incidente el agente especial del ICE Jaime Zapata falleció mientras que el agente Víctor Avila resultó herido y fue posteriormente trasladado a Estados Unidos.
Preguntado por si la espectacular redada de la pasada semana se produjo a raíz del asesinato de Zapata, Morton zanjó el asunto con un rotundo "no", y recordó además que la operación "Southern Tempest" dio comienzo mucho antes del fatal suceso, en diciembre de 2010.
El director del ICE, ante la insistencia de los periodistas de medios hispanos por conocer más datos sobre la investigación del crimen que se saldó con la vida del agente, se limitó a subrayar "la estrecha colaboración de Estados Unidos con México" en este asunto "para que la justicia prevalezca".
"La investigación continúa, pero es un tema muy sensible, por lo que no puedo ofrecer más datos", afirmó Morton.