Esta financiación adicional se destinará a varios frentes, según informó hoy el Departamento de Estado en un comunicado, entre ellos, el acondicionamiento para el invierno, la protección de la infancia, la lucha contra la violencia de género y el transporte médico.
El objetivo es "satisfacer las necesidades" durante el invierno en Jordania, Turquía y el Líbano, y mantener a las familias calientes con suministros adicionales como mantas, estufas de calefacción y lonas de plástico para cubrir las áreas dañadas de los edificios que albergan a los desplazados por la violencia en Siria.
Además, parte de estos recursos se utilizarán para "apoyar los temas de protección de la infancia, apoyo psicosocial, educación, así como medidas para prevenir la violencia de género".
Estados Unidos pretende también colaborar con el transporte de los "sirios heridos en la frontera entre Líbano y Siria para que puedan recibir la atención médica que necesitan".
La asistencia humanitaria, sin incluir la ayuda alimentaria, ha llegado a más de un millón de personas en el interior de Siria y a aproximadamente 380,000 que se han refugiado en los países vecinos, según la nota.
Estados Unidos es el mayor donante de alimentos a Siria a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que está llegando a 1.5 millones de personas desplazadas y afectadas por el conflicto en el país.
El conflicto que se vive en Siria desde marzo de 2011 ha causado ya unos 27,000 muertos, mientras que 2.5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de 250,000 se han refugiado en los países vecinos, según cifras de Naciones Unidas.