Esta contribución apoyará a ECW para garantizar que los niños y jóvenes en países que experimentan emergencias y crisis prolongadas tengan acceso a servicios de educación que salvan y mantienen la vida, en particular a medida que los países responden y se recuperan de la pandemia de Covid-19.
"La educación en contextos humanitarios puede proporcionar espacios que salvan vidas, acceso a información y otros servicios, una base para el aprendizaje permanente y esperanza para el futuro", dijo el Departamento de Estado en un comunicado.
"Estados Unidos ha apoyado durante mucho tiempo la educación, particularmente en el contexto de crisis y conflicto, y hemos sido un orgulloso partidario, defensor y contribuyente a Education Cannot Wait desde su inicio en 2016. Esta contribución de 37 millones dólares es nuestra mayor contribución a fecha, lo que eleva nuestro apoyo total desde el año fiscal 2017 a más de 77 millones de dólares, incluidos 39 millones a través de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado y 38 millones a través de USAID", señaló la dependencia.