Espionaje de EU acapara cumbre de UE y despierta suspicacias

Ni la Unión Bancaria, ni la agenda digital, ni siquiera el drama de la inmigración en el Mediterráneo. Las últimas revelaciones sobre el espionaje de los servicios secretos estadounidenses en suelo europeo han acaparado hoy la atención en la cumbre de la Unión Europea (UE) en Bruselas.

"Espiarse entre amigos, eso no se hace", dijo a la entrada de la cumbre la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo gobierno tiene indicios de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense espió su teléfono celular.

Pero la canciller fue más lejos aún, al advertir que su país tendrá que recuperar la confianza en Estados Unidos. "Necesitamos confianza entre socios, y ahora hay que recuperarla", afirmó Merkel. "No se trata principalmente de mí, sino de todos los ciudadanos y ciudadanas", apuntó.

Pero su reacción no fue la única que puso en tela de juicio la relación con el socio trasatlántico.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, demandó hoy suspender las negociaciones para un tratado de libre comercio (TLC) que mantienen desde el verano la UE y Estados Unidos y que abarcaría a 800 millones de habitantes.

"Creo que ahora habría que interrumpir las tratativas", dijo el alemán Schulz al margen de una reunión de socialdemócratas europeos en Bruselas. "Hay ciertos criterios que deben ser cumplidos. De lo contrario, no tiene sentido hablar", opinó el presidente de la Eurcámara.

Además, la Eurocámara ya pidió el lunes la anulación del acuerdo Swift con Washington, que permite a las unidades antiterroristas estadounidenses el acceso a los movimientos de cuentas de sospechosos en Europa.

Y es que Alemania no es el único país afectado por este nuevo escándalo de espionaje. Hace días, el diario "Le Monde" aseguró que la NSA intervino las comunicaciones no sólo de sospechosos de terrorismo, sino también de particulares y personas relacionadas con el mundo de la política y las empresas en Francia. Además, según el diario "L'Espresso", Italia también fue espiada por las agencias de inteligencia estadounidenses y británicas.

Aunque el tema no estaba en la agenda de esta cumbre, tras las sospechas del espionaje al celular de Merkel quedó claro que los socios europeos ya no podrían evadir el tema.

"Creo que lo discutiremos en parte en el Consejo (europeo)", apuntó ya a mediodía la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, cuyo país preside este semestre el Consejo de la UE.

"En Europa consideramos un derecho fundamental el derecho a la privacidad", aseguró por su parte antes del inicio oficial de la cumbre el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

"Sabemos lo que es el totalitarismo y qué pasa cuando el Estado utiliza poderes para inmiscuirse en las vidas de la gente", agregó Barroso. "Así que es un tema muy importante, no sólo para Alemania, sino para Europa en general".

"Este espionaje sistemático es inaceptable", afirmó por su parte el primer ministro belga, Elio Di Rupo. "Se necesitan medidas europeas", agregó.

¿Y como reacciona mientras tanto el gobierno estadounidense? Ante las sospechas de que su teléfono podría haber sido escuchado, Merkel se puso el miércoles en contacto directo con el presidente Barack Obama, quien le aseguró que no se están vigilando sus conversaciones telefónicas.

Por su parte, antes de partir para Bruselas, el primer ministro italiano, Enrico Letta, habló sobre el escándalo de espionaje con el secretario de Estado norteamericano John Kerry, que le aseguró que sería investigado.

Entretanto, en Bruselas la Comisión Europea aseguró que los teléfonos móviles de los comisarios europeos son a prueba de escuchas. "No tenemos ninguna duda (...) de que las conexiones telefónicas están totalmente protegidas", incluido el móvil del presidente de la Comisión, Barroso, aseguró un portavoz.

Pero más allá de los comisarios, no todos lo tenían tan claro. "Utilizo siempre este teléfono sobre la base de que alguien puede escuchar", afirmó al llegar a la cumbre el primer ministro irlandés, Enda Kenny.

Y todo ello en una cumbre que tenía entre sus puntos a tratar la necesidad de adoptar el próximo año la regulación general de protección de datos de la UE, un rubro que cobrará ahora una relevancia inesperada.