Apostados con pancartas frente a la sede presidencial dijeron que no han sido despedidos oficialmente y tampoco se les permite entrar a la sede del gobierno, y que se les debe el sueldo de julio y agosto.
Un portavoz de los manifestantes que no se identificó y dijo que trabajaba en la sección de contabilidad del despacho de la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, explicó a la prensa que los afectados son unos 173, aunque no todos asistieron a la protesta.
A estos demandantes se les niega la entrada en la presidencia desde el 28 de junio, cuando Zelaya fue derrocado.
"Continuamos siendo empleados de Casa Presidencial porque en ningún momento hemos recibido una nota oficial de despido", indicó el portavoz y "a ninguno nos interesa trabajar con este gobierno de facto", solamente "estamos exigiendo nuestros derechos".
Añadió que al menos en cuatro ocasiones han dialogado con el jefe administrativo de la Casa Presidencial, Javier Valladares, quien les ha prometido resolver el problema.
En otro sector de la ciudad, simpatizantes de Zelaya marcharon otra vez pacíficamente para exigir su regreso al poder y condenar al gobierno de Micheletti, quien fue designado por el Parlamento como presidente después del derrocamiento de aquel.