Guterres contó que despúes de un año sabático, es para él una enorme felicidad y un gran privilegio poder llamar a los funcionarios de la ONU como "colegas" de trabajo. El Secretario General también habló sobre el orgullo que siente por todos, especialmente después de haber sido, durante 10 años, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
No obstante, António Guterres pidió que nadie se deje engañar, ya que estos son tiempos de desafíos. Mencionó que el incremento de las desigualdades y de los conflictos en varios países, que necesitan de soluciones globales, hace que la ONU sea un "pilar" del multilateralismo y los funcionarios los "pilares de la organización".
El secretario general afirmó que quiere una ONU "lista para responder a las inquietudes, a las preocupaciones y a las aspiraciones de todas las personas del mundo" y recordó que esa no es una tarea fácil. Guterres pidió mayor compromiso para cambiar, reformar y mejorar las Naciones Unidas.
Con un buen humor, Guterres afirmó que los milagros no existen, pero espera que los funcionarios de la ONU puedan trabajar unidos y sin burocracia para tratar de prevenir los conflictos, alcanzar la paz, la seguridad y el desarrollo.
António Guterres hizo un discurso para los funcionarios acompañado de las tres mujeres que escogió para integrar los cargos claves de su gabinete: la nigeriana Amina Mohammed, Subsecretaria General de la ONU; la diplomática brasileña Maria Luiza Ribeiro Viotti, su Jefa de Gabinete; y la surcoreana Kyung-wha Kang, Jefa del equipo de transición y Consejera Especial para Asuntos Políticos.
Guterres es secretario general de la ONU desde el domingo 1 de enero del presente año. Este martes, su primer día oficial de trabajo junto con su gabinete, tuvo reuniones con los principales órganos de la organización, es decir, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad.