La fórmula no está contemplada en la Constitución, pero constituye una práctica política desde 2005: así, un sunita ocupa la Presidencia del parlamento, un kurdo la jefatura de Estado y un chiita lidera el gobierno. Una regla similar existe en Líbano.
Los iraquíes eligieron nuevo parlamento a finales de abril, elecciones en las que la Coalición Estado de Derecho del primer ministro Nuri al Maliki se convirtió en la fuerza más votada, aunque necesitando socios para gobernar.
Según la Constitución, el presidente iraquí, Fuad Masum, tenía plazo hasta el jueves para encargar la formación de gobierno al grupo parlamentario más numeroso.
Pero para lograr más tiempo, alargó el plazo tres días hasta el domingo, argumentando que los tres días festivos por el Eid al Fitr, que conmemora el fin del Ramadán, no podían contarse en el plazo que estipula la Constitución. Sin embargo, también ese plazo venció sin que Masum encargara formar gobierno.
Finalmente esta mañana lo hizo, pero en lugar de Al Maliki recibió el encargo Haidar al Abadi, nombrado poco antes candidato de la más amplia Alianza Nacional de Irak en la que se engloban las fuerzas chiitas. (DPA)