En la votación en Moscú consiguieron entrar en el Parlamento local cuatro partidos afines al Kremlin, cuando hasta ahora sólo estaban Rusia Unida, que ocupa 38 de los 45 escaños, y los comunistas.
En el futuro estarán presentes también el ultranacionalista Patido Liberaldemócrata de Vladimir Shirinovski y el Partido Rodina (Patria), cada uno con un representante.
La agrupación opositora moderada Yábloko volvió a quedarse a un paso de entrar en la asamblea moscovita. Durante la votación, este partido denunció irregularidades masivas y dijo que probablemente no reconocerá el resultado de los comicios.
La organización independiente Golos constató también cientos de violaciones a la ley electoral en todo el país. La mayor parte de las críticas se refiere al registro de los candidatos y a la presión sobre los votantes por parte de las autoridades.
En Crimea, la península del Mar Negro anexionada por Rusia en marzo en medio de la polémica internacional, el partido del Kremlin sumó un 70.5 por ciento de los apoyos, informó la Comisión Electoral tras el recuento de los dos tercios de los votos. En la ciudad portuaria de Sevastopol, formalmente una región separada de Rusia, Rusia Unida recibió un 77 por ciento de los votos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania en Kiev llamó a la comunidad internacional a condenar "lo que fue llamado elecciones" y prometió una persecución criminal contra los que las organizaron.
Occidente no reconoce los comicios en esta región.
El conflicto con Ucrania tuvo gran influencia en todo el proceso. La oposición calificó de "farsa" unos comicios en los que la participación electoral en el país más grande del mundo fue muy baja: en general, fue del 46.25 por ciento, pero en Moscú fue sólo del 21 por ciento, mientras que en San Petersburgo alcanzó el 39 por ciento.
