El Parlamento de Camboya reelige a Hun Sen pese al boicot de la oposición

El Parlamento de Camboya extendió hoy a otros cinco años el mandato del primer ministro, Hun Sen, a pesar del boicot de los diputados de la oposición que exigen que se investigue sus denuncias de fraude en las pasadas elecciones.

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El primer ministro de Camboya, Hun Sen, participa en una ceremonia en la Asamblea Nacional hoy, martes 24 de septiembre de 2013, en Phnom Penh (Camboya).

Hun Sen, en el cargo desde 1985, defendió durante su discurso de investidura los comicios del 28 de julio como libres, justos y democráticos, y desacreditó la oposición del Partido para el Rescate Nacional de Camboya (PRNC), al decir que durante las negociaciones para resolver la crisis exigieron cosas imposibles.

El primer ministro fue elegido con los votos de su formación, el Partido del Pueblo de Camboya (PPC), que con 68 diputados tiene la mayoría absoluta en una Asamblea Nacional de 123 escaños.

Como la víspera, tampoco acudieron hoy a la sesión parlamentaria los legisladores del Partido para el Rescate Nacional de Camboya, que sostiene que ganó las elecciones con 63 escaños pero al que la Comisión Electoral adjudicó 55.

La oposición ha denunciado esta legislatura como un "Parlamento de partido único", al estilo de las dictaduras comunistas, y ha optado por el boicot al no alcanzar un acuerdo con el PPC tras las dos reuniones celebradas la semana pasada.

La principal demanda del partido opositor es la creación de una comisión independiente que investigue las numerosas irregularidades que, según ellos, ocurrieron durante los comicios.

Gobierno y oposición si se pusieron de acuerdo la semana pasada en crear una comisión parlamentaria para reformar el sistema electoral y las leyes que regulan los partidos políticos.

La reapertura del Legislativo ha tenido lugar con un fuerte dispositivo de seguridad en la zona, que incluyó puestos de control y cortes de calles para evitar incidentes con los opositores y que han disgustado a los vecinos de la zona y los que habitualmente transitan por esas calles para ir al trabajo o a otros cometidos.

"Quiero regresar a casa y no puedo. Tengo que ir al trabajo y no me dejan. Me pregunto si es necesario cerrar las calles. Si lo es, deberían avisar por radio o televisión. Lo que está haciendo el Gobierno es disgustar a la gente y hacerla pensar que nos están recortando nuestra libertad de movimiento", dijo el camboyano Keo Sophea, de 29 años, al diario "Phnom Penh Post".

La capital camboyana ha sido escenario de numerosas movilizaciones de la oposición, algunas de ellas con desenlace violento, desde las elecciones del 28 de julio. (EFE)