El viaje del pontífice, tal y como él mismo confirmó recientemente en una entrevista televisiva, durará tres días, del 1 al 3 de diciembre, y pronunciará un discurso y un saludo, de acuerdo al programa oficial difundido por el Vaticano.
En su agenda no figuran misas ni celebraciones litúrgicas.
El 1 de diciembre no cuenta con eventos en la agenda y lo dedicará al viaje en avión desde Roma, a las 11:30 horas locales (10:30 GMT), hasta el aeropuerto internacional de Dubai, donde será acogido.
En la mañana del segundo día intervendrá ante el pleno de la Conferencia de los Estados Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) y después mantendrá dichos encuentros privados aún no especificados.
Las reuniones durarán hasta la tarde.
El domingo 3 de diciembre el Papa Francisco inaugurará el "Pabellón de la Fe", un espacio en el que la cumbre climática incluirá por primera vez en su historia el parecer de los líderes religiosos sobre las acciones necesarias para combatir el cambio climático.
En el acto de inauguración pronunciará un "saludo" y después emprenderá el regreso a Roma, en la mañana del domingo.
El Vaticano confirmó el pasado 1 de noviembre este viaje del papa argentino tras la invitación del presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mojammed bin Zayed Al Nahyan.
Será la primera vez que un pontífice participa en este tipo de reuniones sobre el clima que comenzaron en 1995.
Francisco, de 86 años, ha defendido la protección del medio ambiente en numerosas ocasiones durante su pontificado y en su último documento, la exhortación titulada "Laudate Deum" (Alabado sea Dios), y una continuación de la encíclica de 2015 sobre el medio ambiente "Laudato Si" (Alabado sea), se hablaba de los fracasos de estas conferencias durante los años.
"Los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se han establecido mecanismos adecuados de control y verificación periódica y sancionar el incumplimiento. Los principios establecidos siguen requiriendo formas efectivas y ágiles de implementación práctica", escribe el papa en "Laudate Deum".
Mientras que sobre la cumbre de Dubai escribe que "puede ser un punto de inflexión, demostrando que todo lo que se ha hecho desde 1992 fue serio y adecuado; de lo contrario, será una gran decepción y pondrá en riesgo todo lo bueno que se ha logrado hasta ahora".