Francisco recordó los países europeos que están afrontando en estas horas las consecuencias causadas por las inundaciones y aseguró su cercanía y oraciones por los que han perdido la vida y sus familias.
"Agradezco y animo a las comunidades católicas locales y a otras organizaciones de voluntarios por la ayuda y auxilio que están aportando", añadió.
Los catastróficos efectos de la borrasca Boris en Europa central, con 22 muertos confirmados, comienzan a remitir este martes en Austria y Rumanía, mientras que la situación sigue tensa en Polonia o República Checa, y Budapest, la capital húngara, se prepara para un posible desbordamiento del Danubio.