El One World Trade Center toca el cielo de Nueva York 11 años después del 11S

El rascacielos One World Trade Center tocó hoy el cielo de Nueva York al quedar instalada la antena que lo convierte oficialmente en el techo de América, más de once años después de que los terroristas cambiaran para siempre la silueta de la Gran Manzana a golpe de aviones suicidas.

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Vista de los trabajos de colocación de una aguja en lo alto del edificio One World Trade Center de Nueva York (Estados Unidos) este 10 de mayo. Con la aguja el rascacielos ha alcanzado la altura de 541.32 metros.

Los operarios de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey instalaron a primera hora de la mañana la antena con forma de espiral que eleva la altura del imponente edificio hasta 1,776 pies (541 metros), en honor al año de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.

Oficinistas y curiosos se acercaron otra vez hasta la zona cero para presenciar otro pedazo de la historia reciente de Nueva York, y el momento se vivió con emoción ya que para muchos neoyorquinos el One World Trade Center es la mejor respuesta a los terroristas que derrumbaron las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

"Hoy es un día de orgullo para nuestra ciudad y nuestro estado al coronar el One World Trade Center. Un hito que simboliza el resurgimiento y la resistencia de nuestro estado y de nuestra nación", afirmó el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, tras colocarse la antena.

Por su parte, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, dijo que lo ocurrido hoy es el mejor tributo a las víctimas del 11S y a los "héroes" que respondieron a la tragedia. "Todavía queda trabajo por hacer, pero hoy nos paramos por un momento para celebrar este triunfo del espíritu americano", añadió.

La instalación de la antena en lo alto del edificio, que alguna vez se llamó "Freedom Tower", se pudo ver en directo en las pantallas gigantes de Times Square o a través de la redes sociales, donde "hashtags" (etiquetas) como #NeverForget o #OneWTC se convertieron en "trending topics" (temas del momento) de la mañana.

La semana pasada los operarios habían alzado la antena, que pesa unas 800 toneladas y mide unos 124 metros, hasta una plataforma en el techo del rascacielos en un día que también estuvo cargado de gran simbolismo porque coincidió con el segundo aniversario de la muerte de Osama Bin Laden.

Una vez convertido en el edificio más alto del continente americano, ahora los operarios deberán concluir las obras para que pueda abrir oficialmente sus puertas el próximo año, donde se instalarán empresas como la editorial Conde Nast o la firma Vantone Holdings China Center.

Las obras del rascacielos, de 104 plantas, comenzaron en 2006 y desde entonces la factura ha ido subiendo hasta unos 3,000 millones de dólares, según los últimos cálculos oficiales que incluyen la aguja, que servirá de antena de telecomunicaciones y podrá verse a más de kilómetros de distancia gracias a luz LED.

Mientras, a escasos metros del lugar donde se alza el One World Trade Center, continúan las obras de la nueva terminal de transportes diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava, que costará unos 3,800 millones de dólares y que puede estar lista para 2014.

La estación se convertirá en la tercera terminal más grande de la Gran Manzana, después de las emblemáticas Grand Central y Penn Station, con trece líneas de metro y una parada del Port Authority Trans-Hudson (PATH), el tren de cercanías que atraviesa el Hudson para conectar la ciudad de Nueva York con el estado de Nueva Jersey.

El lugar exacto donde se alzaban las Torres Gemelas se transformó en un memorial en recuerdo a las víctimas del 11-S, coincidiendo con el décimo aniversario de los atentados, presidido por dos enormes piscinas y un bosque de árboles, y los nombres de las víctimas impresos en bronce.

Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 dejaron casi 3,000 muertos, incluidos los fallecidos en el ataque contra el edificio del Pentágono, a las afueras de Washington DC, y otro avión secuestrado que se estrelló en el campo de Shanksville (Pensilvania). (EFE)