"Se va adelante día a día como se puede. La gente está cada vez más agotada. Todos se han vuelto pobres y van siempre en busca de algo de comer para ellos y su familia. En las calles de Alepo se ve a las personas corriendo de un lado para otro constantemente con bolsas en la mano, buscando un poco de pan", dijo Audo en declaraciones a la agencia vaticana Fides.
Audo, jesuita y presidente de Cáritas de Siria, afirmó que Alepo está "desfigurada por la guerra civil".
El obispo denunció que cientos de familias cristianas de Alepo se están viendo obligadas a huir del barrio de Cheikh Maksoud, conquistado en los últimos días por las milicias anti-Assad y que mañana, jueves, celebraran una misa por todas esas personas y después distribuirán alimentos a los refugiados a través de Cáritas Siria.
El prelado también contó que la mayoría de las carreteras de la zona está cortadas al tráfico, debido a los enfrentamientos, y que dos sacerdotes, uno armenio católico y otro ortodoxo fueron secuestrados hace dos meses por un grupo de hombres armados en la carretera que lleva de Alepo a Damasco.
De una población de unos veinte millones de habitantes, los cristianos sirios apenas llegan al siete por ciento y los católicos son el 1,9. La inmensa mayoría de la población siria es musulmana.