Un centro ginecológico del condado de Westchester, zona residencial a las afueras de Nueva York gravemente afectada por el huracán "Sandy", del pasado 29 de octubre, ha registrado un incremento de la actividad de un 30 por ciento, con respecto al mismo período de tiempo en años anteriores.
"Nos preguntamos qué estaba pasando. Y lo entendimos cuando miramos los partos previstos para finales de julio y principios de agosto que es cuando nacerán los niños concebidos durante el huracán 'Sandy'", declaró al diario la enfermera Linda Roberts.
Expertos como Jacques Moritz, director de Ginecología en el hospital San Luke Roosevelt, aseguran que no es inusual que durante tormentas, nevadas y apagones se produzca un aumento de las concepciones ya que en esas circunstancias las personas están "más unidas" y "cercanas".
De hecho, Moritz, recuerda, a pesar de no ser una catástrofe natural, el atentado a las Torres Gemelas, ya que tras éste hubo un incremento de la natalidad por las concepciones que se produjeron en esos días mientras la ciudad de Nueva York estaba conmocionada y colapsada.
Y en la ciudad de los rascacielos se recuerda otros episodios similares tras los apagones de 2003 y 1977, sobre todo este último, que dejó a buena parte de la ciudad sin electricidad durante 25 horas y que causó graves saqueos y desórdenes, junto con una oleada de nacimientos nueve meses después.
Algunas gestantes de "bebés Sandy" subrayan el contraste entre la devastación material producida por el huracán y la alegría por el nacimiento de un niño.
"La casa en Staten Island de los padres de mi novio se destrozó. El bebé ha hecho sonreír otra vez por primera vez en un largo tiempo a los padres de mi novio. Estamos muy felices", subrayó Jennifer Adamo, que se estrenará como madre este verano.