"Es una noticia que no nos agrada. Nos gustaría que esas personas regresaran", declaró Mahmud Chaman, uno de los portavoces del gobierno rebelde.
Para los rebeldes, la decisión de Argel es un acto contrario a las buenas relaciones entre vecinos, ya que el gobierno de transición ha insistido en numerosas ocasiones que el dictador ahora escondido y su familia deben de permanecer en territorio libio para recibir un juicio justo.
El ministerio argelino de Asuntos Exteriores anunció el lunes que Safia, esposa de Gadafi, y sus hijos Aisha, Mohamad y Hanibal habían entrado en Argelia a través de la frontera común, al parecer por razones humanitarias.
Los rebeldes, que aún no controlan todo el país, buscan a Gadafi desde que la semana pasada lanzaran una gran ofensiva contra la capital.
Algunas agencias de noticias habían situado a Gadafi y a parte de su familia, incluidos algunos de sus hijos más belicosos, en una zona del desierto cercano a la frontera libia.
Otras han apuntado a la muerte de Hamis, el hijo que estaría al frente de los focos de resistencia gadafista en la ciudad de Sirte y el sur de Trípoli, información que no ha sido confirmada.