El candidato al Tesoro en Estados Unidos esquiva críticas sobre su período en Citigroup

Jack Lew, el candidato seleccionado por el presidente Barack Obama para dirigir el Tesoro de Estados Unidos, defendió hoy las políticas económicas de la actual Administración y esquivó, sin grandes problemas, los ataques de los senadores republicanos sobre su período en Citigroup durante la crisis financiera.

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Jack Lew, nominado por el presidente de estadounidense, Barack Obama, para ser el próximo secretario del Tesoro, comparece ante el Senado en el capitolio de Washington, Estados Unidos.

"El dinero de los contribuyentes que salvó al sistema financiero ha sido mayoritariamente recuperado. Hay normas en vigor que hacen que el sistema financiero sea más seguro", indicó Lew en su primera audiencia de confirmación.

Ante el Comité Financiero del Senado, Lew rechazó las acusaciones de "contradicción" que le dirigieron los senadores republicanos por haber trabajado como ejecutivo de Citigroup, entidad de la que salió para ocupar el cargo de director de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca.

Lew cobró una prima de 940,000 dólares al salir del banco, poco después de que la entidad fuera rescatada con fondos federales para evitar su bancarrota como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria y la consiguiente crisis financiera.

El hasta hace apenas un mes jefe de gabinete de la Casa Blanca respondió que ese dinero estaba "en línea" con lo cobrado por otros colegas de la compañía.

Los principales ataques provinieron de la bancada republicana, especialmente del senador por Utah, Orrin Hatch, y de Chuck Grassley, de Iowa.

"Si es confirmado como secretario del Tesoro, será responsable de la supervisión de la aplicación de las normas diseñadas para examinar alguna de las prácticas llevadas a cabo por Citigroup", señaló Hatch.

Lew rechazó que tuviera parte en "la toma de decisiones o diseño de operaciones" que acabaron probándose como fallidas y subrayó que sus años en Citigroup le han aportado un mayor conocimiento de los riesgos "contra los que debemos protegernos".

El panel de senadores, que deberá votar su nominación antes de que pueda pronunciarse el pleno del Senado, también sacó a colación la aportación del candidato a un fondo de inversiones con sede en las Islas Caimán.

"Sabía que era un fondo de inversiones internacional enfocado en los mercados emergentes. Sabía que mucho personal estaba radicado en Londres. Pero entonces desconocía dónde se encontraba la sede de la sociedad", explicó.

Además, subrayó que ha registrado todas sus inversiones en su declaración de impuestos y que, de hecho, "perdió dinero" al salir del fondo cuando se reincorporó a la Casa Blanca.

Según los documentos presentados ante el comité del Senado, Lew invirtió 56.000 dólares, que se convirtieron en 54,400 al abandonarlo.

El paraíso fiscal de las Islas Caimán ha sido debatido ampliamente durante el año pasado en la campaña presidencial de Estados Unidos, cuando el presidente Obama criticó la utilización de este tipo de centros para evadir el pago de impuestos.

En una audiencia más plácida de lo esperado y de más de tres horas de duración, Lew reivindicó sus décadas de servicio público como jefe de gabinete y director de la oficina de presupuestos con la Administración de Bill Clinton y el presidente Obama.

Asimismo, hizo un llamamiento a la colaboración bipartidista para evitar los agudos recortes del gasto público pautados para comienzos de marzo, y que fueron consecuencia del acuerdo de última hora a finales de 2012 para evitar el temido "precipicio fiscal".

"Establecer consenso bipartidista no es una idea abstracta para mí", dijo a los legisladores al recordar su más de una década como ayudante del presidente de la Cámara Tip O'Neill en el Congreso.

Lew, de 57 años, también reiteró el tradicional compromiso con "un dólar fuerte" e insistió en la importancia de presionar a China para que continúe en su proceso de apreciación de la moneda.

Por último, alabó los esfuerzos y la resolución de Europa para salir de la crisis en la que se encuentra, aunque destacó que "(a Europa) aún le queda algo de tiempo" por delante para estabilizarse.

En este sentido, recordó que Europa es el primer socio comercial de Estados Unidos, por lo que cualquier impacto económico afectaría directamente a Washington.

Se prevé que la votación definitiva para aprobar su nominación se celebre a finales de este mes de febrero, y no se espera que encuentre problemas dada la mayoría demócrata en el Senado y el beneplácito mostrado por algunos republicanos durante la audiencia de hoy.