El hombre de 53 años fue ejecutado con una combinación de un calmante y un analgésico, una mezcla nunca antes utilizada en personas en Estados Unidos.
La defensa apeló sin éxito contra la aplicación del cóctel, al sostener que generaba una desesperante agonía y que por su crueldad atentaba contra la Constitución.
La razón para la aplicación de esta nueva inyección es la escasez del veneno utilizado habitualmente. Este procedía hasta ahora mayormente de Europa, pero su exportación fue prohibida allí debido a la oposición a la pena de muerte.
El ejecutado fue hallado culpable de haber violado y asesinado a una embarazada de 22 años.