La aplicación de las leyes de inmigración en EE.UU. incluyen a la agencia de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) y el servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), que opera en el resto del país y cuya función principal es la detención y deportación de inmigrantes indocumentados. Ambas agencias dependen del DHS.
Según el informe, el ICE y la CBP emplean actualmente más de 84,000 funcionarios, de los cuales más de 50,000 cumplen tareas específicamente policiales.
Desde 1993, "cuando la actual estrategia de vigilancia y control fronterizo se inició a lo largo del límite de México con Estados Unidos, el presupuesto anual de la Patrulla Fronteriza, que es ahora parte de la CBP, aumentó más de 10 veces, al pasar de 363 millones de dólares a casi 4,900 millones de dólares", señaló el estudio.
Desde su creación en 2003, el gasto del ICE casi se ha triplicado también, incrementándose de 3,300 millones de dólares anuales a 8,400 millones de dólares, "y gran parte de estos fondos han ido a aumentar la capacidad de la agencia para confinar inmigrantes detenidos en sitios en todo el país".
El énfasis dado por los sucesivos gobiernos de Estados Unidos a la detención de inmigrantes indocumentados en la frontera con México se ha reflejado en un incremento de los agentes de la Patrulla Fronteriza, que pasaron de 4,139 a 19,648 en el período fiscal 2019, aún por debajo de la autorización del Congreso para la contratación de 23,645 agentes.
Según el American Immigration Council, el gobierno ya ha cumplido con todas las metas de seguridad de la frontera establecidas por las leyes de inmigración aprobadas por el Senado, "pero los fondos para labores policiales siguen creciendo", según el estudio.
El Senado aprobó en 2006, 2007 y 2010, con el apoyo de ambos partidos, medidas de reforma del sistema de inmigración que incluían metas para el incremento del personal policial en la frontera, cercas y vallas, tecnología de vigilancia, vehículos aéreos no tripulados (drones), y edificios para detenidos.