"Cualquier intento para intimidar, coaccionar o comprar votantes es un ataque a la democracia", manifestó Pompeo en un comunicado.
El titular estadounidense de Exteriores condenó los atentados de los últimos días: este miércoles doce personas resultaron heridas en el ataque a un edificio gubernamental en la provincia de Nangarhar (este de Afganistán) y ayer martes los talibanes reivindicaron dos atentados en Kabul y en el norte del país, que causaron casi 50 muertos.
La formación insurgente ha prometido boicotear las elecciones presidenciales, unos comicios considerados cruciales en el país y que los talibanes ven como una farsa.
"Esperamos que las instituciones de Afganistán tomen todas las medidas necesarias para garantizar que las elecciones son responsables y creíbles para los votantes afganos", dijo Pompeo.
"Hacemos un llamado a todos los partidos, incluidos los talibanes, para garantizar que los votantes afganos pueden ir a los centros de votación el día de las elecciones sin temor a intimidación, ataques o violencia", añadió.
El titular de Exteriores también ofreció "su fuerte apoyo" a las fuerzas de seguridades afganas, que "día tras día sacrifican sus vidas por la causa de la paz y la estabilidad".
A las puertas de las elecciones, los atentados de los talibanes han provocado la condena unánime del Gobierno afgano y la comunidad internacional.
Esas acciones se producen días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, cancelara los diálogos de paz que su país había mantenido con los talibanes durante el último año para tratar poner fin a casi dos décadas de guerra en Afganistán.
Trump tomó esa decisión después de que los insurgentes admitieran la autoría de un atentado en Kabul acabó con la vida de 12 personas, entre ellas un soldado estadounidense.
El fin de las negociaciones se produjo cuando el acuerdo ya parecía seguro.