"Es algo que vamos a seguir persiguiendo porque seguimos creyendo que un retorno al JCPOA (...) es un paso importante para contener el programa nuclear iraní", dijo este miércoles en rueda de prensa el portavoz adjunto principal del Departamento de Estado, Vedant Patel.
Sus declaraciones se producen a pesar de las informaciones publicadas en medios israelíes que apuntan a que altos funcionarios de la Administración estadounidense habrían asegurado al primer ministro de Israel, Yair Lapid, que no se firmará una vuelta al acuerdo en el futuro cercano.
El portavoz sí dejó claro, sin embargo, que Estados Unidos no apoyará ningún acuerdo que no sea beneficioso para los intereses de seguridad nacional estadounidenses, enfriando la posibilidad de un pacto inminente.
Las negociaciones sobre el restablecimiento del JCPOA se encuentran en la recta final, aunque las partes parecen estancadas para llegar a una resolución.
La Unión Europea (UE) presentó en agosto una última propuesta para salvar el acuerdo, a lo que Irán y Estados Unidos han presentado sus comentarios.
Teherán condiciona volver a cumplir el JCPOA a que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) dé por finalizadas unas investigaciones de salvaguardias (controles nucleares) sobre trazas no declaradas de partículas de uranio hechas de forma artificial.
Este miércoles, el OIEA detalló en un informe reservado al que tuvo acceso Efe en Viena que Irán aumentó en tres meses hasta los 55,6 kilos sus reservas de uranio enriquecido al 60 %, una pureza cercana al nivel necesario para fabricar bombas atómicas.
El informe precisa que la cantidad de uranio enriquecido a diferentes niveles (2 %, 5 %, 20 % y 60 %) aumentó entre mayo y agosto en 131,6 kilos, hasta 3,940.9 kilos, muy por encima de los límites establecidos por el acuerdo de 2015, que Irán dejó de cumplir en 2019 tras la retirada de Estados Unidos del pacto.
Irán justifica la producción de uranio enriquecido hasta un 60 % como material dedicado a fines médicos.
Los inspectores destacaron además que la decisión de Teherán de desconectar decenas de cámaras de vigilancia y verificación del OIEA dificultará sus capacidades para dar garantías sobre la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní.