"(Este) es el camino para aclarar los hechos y castigar con todo el peso de la ley a quienes resulten responsables", subrayó la presidenta Michelle Bachelet, tras la captura ocurrida al sur de la capital.
Por su parte, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, precisó que los sujetos serían responsables de otra serie de atentados ocurridos los últimos meses.
En ese marco, el fiscal a cargo de la investigación, Raúl Guzmán, dijo que la policía busca determinar si existen otros involucrados. "Hasta ahora sabemos que es una célula bastante hermética y compacta".
La Fiscalía puso inmediatamente a los detenidos a disposición de la Justicia. Uno de ellos, de 24 años, fue acusado de ser el autor de los ataques. Otros dos, de 22 y 26, fueron apuntados como cómplices.
Hasta ahora, las autoridades no detallaron de qué otros atentados se les acusa a los sospechosos, ni cuáles serían sus motivaciones.
El abogado defensor Eduardo Camus aseveró asimismo que los jóvenes negaron su participación en los hechos, aceptando dos de ellos incluso someterse a pruebas de ADN.
En paralelo, la página web http://es.contrainfo.espiv.net/ informó hoy que la fracción anárquica "Conspiración de las células del fuego" era la responsable de los actos.
La publicación aseveró que el acto era contra la vida capitalista. "Nuestro objetivo no eran los consumidores y/o trabajadores, sino las estructuras, propiedades y esbirros del poder", reseñó el comunicado.
Por su parte, el director general de Carabineros, general Gustavo Gónzalez, señaló que las pesquisas continuarán con la misma reserva mantenida hasta ahora, valorando el apoyo del FBI.
El ataque del 9 de septiembre, calificado como un acto "terrorista" por las autoridades, antecedió a la explosión de otra bomba en un centro comercial del balneario de Viña del Mar, que dejó dos heridos.
Los últimos meses también hubo detonaciones en bancos y comisarías, aunque sin dejar heridos.
Ante la crisis desatada por los ataques, que obligaron a desplegar a cientos de policías permanentemente en el tren subterráneo, gobierno y oposición acordaron impulsar cambios a la ley antiterrorista, además de fortalecer los equipos de inteligencia.
La propia Bachelet encabezó la semana pasada una cumbre política con líderes de oposición y gobierno para definir acuerdos y acciones, que aún no logran ser materializados.
"Lo que buscan algunos grupos con este tipo de actos no es desestabilizar a un determinado gobierno, sino al sistema democrático", lamentó la mandataria en ese encuentro.
Los atentados provocaron también reacciones en las delegaciones diplomáticas de varios países.
La delegación estadounidense, por ejemplo, recomendó a sus ciudadanos "aumentar la vigilancia y evitar los paquetes sospechosos o bolsos abandonados" en el transporte o áreas públicas, por ejemplo. (DPA)