El pasado 14 de agosto, la fiscalía federal de Estados Unidos acusó al español Javier Martín-Artajo y al francés Julien Grout de ocultar parte de esas pérdidas, que resultaron de las posiciones arriesgadas que adoptaron en el mercado de productos derivados.
Entre marzo y mayo de 2012, Martín-Artajo, junto con otras personas, presuntamente manipuló e infló el valor de posiciones de la cartera de créditos sintéticos de su empresa con el fin de lograr objetivos específicos de pérdidas y ganancias diarios y a fin de mes.
Tras detectarle en su domicilio de Madrid agentes de la Policía española conversaron con Martín-Artajo y le convencieron para que se presentara en dependencias policiales al existir una orden internacional de detención.
Martín-Artajo lo hizo y la Policía le puso a disposición de la Audiencia Nacional española.
El detenido, de 49 años y exsupervisor de la estrategia de inversiones de la oficina de JPMorgan en Londres, había sido acusado formalmente por la Fiscalía de Estados Unidos de fraude, falsificación de documentos bancarios y contribución a documentos oficiales falsos.
En caso de ser declarados culpables de todos los cargos, cada uno podría ser condenado a un máximo de 65 años de cárcel, cinco por conspiración y veinte por cada una de las otras acusaciones, así como a una sanción económica que podría totalizar el doble de las pérdidas generadas.