El informe, recogido por la televisión estatal ABC, estima que las pérdidas representan el 0.25 por ciento del PIB nacional y provienen de la pérdida de actividad en la minería, la agricultura, el comercio y la construcción, así como de la inflación en el precio de frutas y verduras provocada por las inundaciones.
"Aunque estemos centrados en el coste humano de estos desastres, que están siendo cada vez más frecuentes, hay también un coste para la economía y para el presupuesto", declaró en una entrevista a ABC Jim Chalmers, secretario del Tesoro de Australia, el organismo que elaboró el informe.
Australia padeció en 2022 cuatro grandes inundaciones, en especial en el estado de Nueva Gales del Sur en febrero y marzo, cuando una veintena de personas perdieron la vida y las autoridades declararon por primera vez en la historia en estado de emergencia nacional.
El informe también indica que el 68 por ciento de los australianos viven en una zona que sufrió un desastre natural a lo largo del pasado año.
Las fuertes lluvias, que golpearon sobre todo la costa este del país, se vinculan con el impacto del fenómeno meteorológico La Niña, que provoca condiciones más lluviosas.
Según los científicos, los episodios climatológicos extremos en Australia, incluidos incendios, inundaciones y sequías, son causados en parte por el cambio climático.