El ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, afirmó en la ONU que la intervención militar en Libia y la amenaza a Siria son las respuestas "oportunistas y defensivas" de Estados Unidos y Europa al colapso "de su sistema de dominación y saqueo" en el norte de África y Oriente Medio.
Corresponde a esta Asamblea General ejercer "todas sus facultades para impedir que se desate una agesión militar" contra Siria, dijo en su intervención en el foro mundial en el que participan mandatarios de 193 países.
El canciller cubano fustigó a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) y a Estados Unidos por lo que denominó operaciones militares agresivas de "cambio de regimen".
Rodríguez denunció que los países del Sur padecen las distorsiones de un orden económico mundial que "excluye nuestros intereses legítimos" y sufren "el impacto terrible del proteccionismo y del sostenido incremento de los precios de los alimentos y los hidrocarburos".
Más que nunca, dijo, hay que defender a las Naciones Unidas, pero el mayor desafío es convertirlas en una organización que sirva a los intereses legítimos de todos los Estados, en vez de "a las arbitrariedades y abusos de unos pocos países ricos y poderosos".
El ministro de Relaciones Exteriores cubano consideró que la Asamblea General de la ONU tiene la "obligación moral, jurídica y política" de garantizar el reconocimiento de un Estado palestino independiente, "con o sin el Consejo de Seguridad, con veto nortamericano o sin él, con o sin nuevas negociaciones de paz".
La intervención de Rodríguez se produjo poco después de que el Consejo de Seguridad de la ONU realizara hoy un primer examen de la solicitud palestina de ser reconocidos como Estado de pleno derecho y acordara volver a reunirse este miércoles.
En sus arremetidas contra Estados Unidos, apuntó que ese país "ofende la memoria" de las víctimas del 11 de septiembre cuando mantiene el encarcelamiento de "cinco luchadores antiterroristas cubanos, por buscar información sobre la actividad terrorista de grupos que han operado con absoluta impunidad" desde territorio norteamericano contra Cuba.
Sin embargo, expresó su disposición a avanzar hacia la normalización de relaciones con Estados Unidos para tratar problemas bilaterales y negociar acuerdos de cooperación contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de personas, los desastres naturales y la protección del medio ambiente.
El canciller cubano denunció también en la tribuna de la ONU, por por vigésimo año consecutivo, el embargo económico y comercial de Estados Unidos, que, dijo, alcanza daños acumulados por 975,000 millones de dólares.
La condena al embargo comercial contra Cuba ha sido mayoritaria en las alocuciones de las delegaciones latinoamericanas y de muchos otros países fuera de la región en los debates públicos del organismo internacional.
Cuba logró el año pasado el respaldo casi unánime de los 193 países que integran la ONU contra el embargo que Estados Unidos decretó contra el regimen comunista de La Habana en 1962.
Estados Unidos e Israel fueron los únicos países que votaron en contra y hubo tres abstenciones (Islas Marshall, Palau y Micronesia).
El embargo sobre Cuba se inició de manera oficial en 1962, bajo el gobierno de John F. Kennedy, pero la Administración estadounidense ya había impuesto ciertas sanciones desde 1959.