Este negativo y preocupante fenómeno que marcó los conflictivos años de la década de 1990 y que muchos pensaban había quedado atrás, está impulsado por la derecha política ahora, ante las próximas elecciones de abril para el Parlamento Europeo y de mayo para las autoridades locales.
Desde hace ya varios meses, los nacionalistas amenazan con impedir que el Gobierno del socialdemócrata Zoran Milanovic introduzca en la ciudad de Vukovar el cirílico serbio como segundo alfabeto oficial.
Hasta un "análisis étnico" del ADN de Milanovic llegó a proponer un líder de veteranos de guerra y funcionario del mayor partido de la oposición, la conservadora HDZ (Unión Democrática Croata), según el diario "Slobodna Dalmacija".
No han faltado los llamamientos a la dimisión de Milanovic por su postura supuestamente "anticroata", e incluso al uso de las armas.
"No nos engañemos: se trata de declaraciones del ámbito de mensajes nazi y fascistas", declaró esta semana al rotativo "Novi list" el líder de los serbios de Croacia, Milorad Pupovac.
Cierto es que el presidente del país, Ivo Josipovic, y el primer ministro, ambos socialdemócratas, han condenado enérgicamente los desmanes.
Pero no solo la extrema derecha sino también la HDZ (Unión Democrática Croata), los justifican o incluso llegan a incitarlos.
Las expresiones de odio étnico se han intensificado en los últimos días, previos al partido de clasificación para el próximo campeonato Mundial de Fútbol que enfrentará a Croacia y Serbia el viernes próximo en Zagreb.
En este contexto se enmarcan las recientes declaraciones ofensivas de Zdravko Mamic, jefe del club de fútbol "Dinamo" de Zagreb, el campeón de la Primera Liga croata, contra el ministro de Ciencia, Educación y Deportes croata, Zeljko Jovanovic.
"Un serbio no puede estar al frente de una cartera tan importante (..) Él ni siquiera tiene sonrisa, solo unos caninos sedientos de sangre, listos para degollar", dijo Mamic.
Las autoridades lo detuvieron durante un día por esos insultos que la cúpula política se apresuró a repudiar, y será juzgado bajo acusación de haber incitado al odio étnico, por lo que podría ser condenado a tres años de prisión.
No obstante, el jefe del Dinamo también ha recibido mucho apoyo.
Solo el centro-izquierda condenó las ofensas, otros callaron, mientras que sus amigos y parte de la prensa tacharon a las actuales autoridades de "comunistas" que restauran el "delito verbal".
En la red social Facebook y en otros foros de internet miles de croatas expresan su apoyo a Mamic.
Según informaron los medios locales, una candidata de la HDZ para diputada en el Parlamento Europeo, Ruza Tomasic, hizo constar que "Croacia es de los croatas, todos los demás son huéspedes".
"Es trágico que una persona de esas características sea candidata al Parlamento Europeo y presidenta del Consejo del Parlamento croata para los Derechos Humanos y Minoritarios", comentó un representante serbio, Vojislav Stanimirovic.
El domingo pasado un grupo de adolescentes atacaron con palos de metal y béisbol a unos seminaristas serbios cerca del monasterio ortodoxo de Krka, a unos 45 kilómetros al norte del puerto adriático de Sibenik, hiriendo de diversa gravedad a sus víctimas.
El presidente de la HDZ local, Roko Antic, declaró que "el incidente se produjo debido a provocaciones de los seminaristas ortodoxos" y porque "el monasterio de Krka es un nido chetnik" (ultranacionalistas serbios de la Segunda Guerra Mundial).
Llama también la atención el que la televisión pública HTV y otros medios hayan dado hasta ahora más espacio a cada uno de los nacionalistas que a Milanovic, para explicar sus posturas en esta polémica.