Las víctimas son 46 hombres, 55 mujeres y 17 niños. El alud devastó la aldea de Malin sepultando 44 casas, muchas de ellas hechas de barro, paja y bambú. En total se pudo salvar con vida a ocho personas, entre ellas un bebé de tres meses.
Se estima que siguen atrapadas entre 80 y 90 personas, aunque las posibilidades de superviviencia son escasas.
Las lluvias torrenciales que se registran estos días han obstaculizado además el operativo de rescate. Expertos en medio ambiente han señalado que la deforestación salvaje contribuyó al derrumbe que se produjo con las fuertes precipitaciones. (DPA)