"China exige a los periodistas de nacionalidad estadounidense que trabajan para The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post, cuyas credenciales caducan antes del final de 2020 que (...) devuelvan sus tarjetas de prensa en los próximos diez días", indicó la cancillería china en un comunicado publicado en su página web.
Asimismo, Pekín no permitirá que los periodistas damnificados sigan ejerciendo la profesión en China, Hong Kong o Macao, una medida adoptada "en respuesta a la reducción de EE.UU de las plantillas de los medios chinos en EE. UU., que es una expulsión en todo menos en el nombre".
Además, como represalia por la "designación de EE. UU. como misiones extranjeras a cinco medios chinos, China exige con espíritu de reciprocidad que las delegaciones radicadas en China de Voice of America, The News York Times, The Wall Street Journal, The Washington Post y Times declaren por escrito la información sobre su personal, finanzas, operaciones e inmuebles en China".
En este sentido, el Gobierno chino avisó de que "tomará medidas recíprocas (a las adoptadas por EE. UU.) en cuanto a visados, revisiones administrativas e informaciones".
El pasado 2 de marzo, Washington anunció límites al número de empleados de nacionalidad china de los que la agencia de noticias Xinhua, la televisión CGTN, la emisora China Radio International y el periódico China Daily pueden disponer en territorio estadounidense.
Mientras que todos los citados medios chinos son de propiedad y operación estatal, tan solo Voice of America es dependiente del Gobierno de Washington.
La medida de EE. UU. fue a su vez una respuesta motivada por la decisión de Pekín, a mediados de febrero, de revocar las credenciales de prensa chinas a tres corresponsales de WSJ.
En ese momento, China alegó que la expulsión se producía por la publicación el pasado 3 de febrero de un artículo de opinión, no firmado por ninguno de los periodistas aludidos, percibido como despectivo y titulado "China, el verdadero enfermo de Asia".
El Ministerio de Asuntos Exteriores agregó hoy que las medidas de Washington demuestran "mentalidad de Guerra Fría y sesgo ideológico" al tiempo que han hecho patente, según China, "la hipocresía del autodenominado defensor de la libertad de prensa".
Después de conocer la noticia, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, pidió este martes a China que reconsidere su decisión de expulsar a los citados periodistas.
El trasfondo de esta expulsión es la guerra comercial que mantienen ambas potencias económicas desde hace dos años, la guerra tecnológica, una subyacente pugna por la hegemonía y, más recientemente, el intercambio de culpas de Pekín y Washington sobre quién de los dos originó la actual pandemia de coronavirus.
El ejercicio del periodismo en China se ve dificultado enormemente por las trabas, la fiscalización y las presiones a las que el Ejecutivo somete a los periodistas extranjeros, y las limitaciones y amenazas a los empleados de nacionalidad china en nómina de medios de comunicación foráneos.
Por norma general, Pekín considera cualquier información que se desvíe de la "verdad oficial" como un "intento de mancillar a China", y mantiene censuradas para sus ciudadanos la mayoría de las páginas web de los medios occidentales que operan en suelo chino.