En un comunicado, este departamento señaló que el viceministro de Exteriores chino, Wu Jianghao, convocó anoche a Tarumi para presentarle una queja formal por la decisión y exigir a Japón que no siga adelante con su plan.
"Japón debe retirar está decisión equivocada y establecer un grupo de trabajo conjunto, dentro los marcos de las instituciones internacionales, que incluya a expertos chinos", dijo Wu.
El viceministro consideró que "es necesario garantizar que el tratamiento de las aguas esté sujeto a la supervisión de estos organismos".
Según Wu, la decisión de Japón "viola las normas internacionales" y "no es propia de un país civilizado".
"Japón ha hecho caso omiso de las preocupaciones de seguridad e intereses de la población de los países vecinos. China se opone firmemente a esto", afirmó.
Asimismo, China instó "encarecidamente" a Japón a que asuma "sus responsabilidades y obligaciones internacionales" y mantenga "una actitud científica" sobre este asunto.
El viceministro recalcó que "se debe llegar a un consenso" antes de que Japón comience empiece a verter el agua tratada, un proceso que tiene previsto iniciar en 2023.
"China se reserva el derecho a dar más respuestas", advirtió.
Japón decidió el pasado martes verter al mar el agua contaminada de la accidentada central nuclear de Fukushima tras tratarla para eliminar la mayoría de los elementos radiactivos.
Tokio defiende que la medida es "inevitable" para el desmantelamiento de la planta y que se trata de la opción "más realista" entre otras disponibles que son "técnicamente más complejas y menos viables para solucionar el acuciante problema del almacenamiento de estas aguas".
Las autoridades japonesas consideran que el vertido no generará ningún riesgo para la salud humana y aseguran que es una práctica habitual en la industria nuclear de otros países.
Sin embargo, países vecinos como China y Corea del Sur y asociaciones ecologistas como Greenpeace han mostrado serias preocupaciones por las implicaciones medioambientales del vertido.
Las relaciones entre China y Japón no atraviesan su mejor momento y los cruces de declaraciones se han vuelto habituales desde que Tokio y Washington acercaran posturas durante la visita a la capital nipona de los secretarios de Estado y de Defensa de EEUU, Anthony Blinken y Lloyd Austin, a mediados de marzo.
Japón y EEUU advirtieron entonces con responder a las "coerciones y agresiones de China" en la región de Asia-Pacífico.
El presidente estadounidense, Joe Biden, se reunirá hoy en la Casa Blanca con el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, para enviar una "señal clara" a China, anunció el jueves un alto funcionario estadounidense.