El documento, titulado "Perspectivas Económicas de América Latina 2012", señala que además de lo social, "el Estado tiene que fortalecer la calidad y efectividad de las políticas monetaria y fiscal, así como promover activamente la educación, la inversión en infraestructura e innovación y el desarrollo productivo".
"El gran ausente en América Latina en estas tres últimas décadas ha sido la inversión, que es la llave maestra que conecta el corto con el largo plazo", dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), autora del informe junto con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El documento apunta que aunque se espera que el crecimiento de las economías centrales este año y el próximo sea bajo por la crisis mundial, América Latina en su conjunto alcanzará una expansión del 4,4 por ciento en 2011 y del 4 por ciento en 2012.
"No basta con decir que estamos creciendo más. Queda mucho por hacer", expresó el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, quien anotó que los países latinoamericanos deben "aprovechar el momento para consolidar los logros de los últimos años".
El estudio, que aborda en seis capítulos la "Transformación del Estado para el Desarrollo", tema central de la cumbre, señala que a pesar de los avances económicos, todavía persisten desafíos para la región.
Los principales retos son el mejoramiento de la calidad de vida y la reducción de las desigualdades sociales, aunque el porcentaje de la población que vive en la pobreza haya caído del 44 por ciento en 2002 al 33 por ciento en 2008.
"Uno de cada tres latinoamericanos vive debajo de la línea de pobreza (180 millones de personas) y 10 economías de la región continúan estando entre las 15 más desiguales del mundo", explicó Gurría, de nacionalidad mexicana como Bárcena.
Según el documento, "el Estado puede y debe jugar un papel fundamental" para el desarrollo pleno de los países latinoamericanos con políticas que ayuden a la creación de "empleos de calidad", así como a la consolidación de "sistemas fiscales sólidos, transparentes y justos".
"Los gobiernos de la región deben aprovechar esta oportunidad para diseñar e implementar mejores políticas públicas que permitan transitar por senderos de desarrollo de largo plazo más inclusivos y sostenibles", agrega.
Para la CEPAL y la OCDE, "la economía internacional continúa siendo la principal fuente de incertidumbre para América Latina y el Caribe", principalmente porque la fuerte entrada de capitales, estimulada por las altas tasas de interés que se pagan en la región, y las presiones inflacionarias y cambiarias, ponen en peligro las exportaciones de manufacturas.
El estudio advierte además que los problemas fiscales en la zona euro "podrían causar serios problemas en el sistema financiero internacional, incluidos los mercados emergentes", lo que podría desembocar en una "reversión de los flujos de capitales" y generar fluctuaciones en los tipos de cambio que contaminarían a la economía real.
Para enfrentar esos riesgos, los organismos recomiendan a los gobiernos de la región ser "coherentes con las necesidades de largo plazo" relacionadas con los "cambios económicos y demográficos en curso".
El documento subraya que aunque el principal objetivo de corto plazo debe ser "reconstruir el espacio fiscal disminuido por las respuestas de los gobiernos a la crisis", los Estados también deben "resolver restricciones y problemas macroeconómicos y estructurales que limitan el desarrollo".