Los yihadistas asumieron la responsabilidad del ataque en un mensaje en Internet.
Libia está sumida en una guerra civil, cuatro años después de la revolución que derrocó a Muamar al Gadafi. Dos gobiernos y dos parlamentos se disputan el poder en el rico país petrolero, mientras grupos yihadistas aprovechan el caos para ganar terreno.
A finales de octubre del año pasado una milicia islamista pequeña juró fidelidad al Estado Islámico (EI), activo principalmente en Siria e Irak. Esa milicia se ha convertido ahora en una de las más peligrosas en el país.
Los yihadistas atacan a menudo campos petroleros y tienen bajo su control varias ciudades costeras.
En febrero la célula mostró en un video la decapitación de 21 trabajadores egipcios cristianos coptos. En un asalto a un campo petrolero la semana pasada el EI tomó como rehenes a nueve extranjeros. (DPA)