"Es un lugar especial porque habla de esperanza y de paz mundial. Es un tesoro nacional que algunos desconocen y que estamos a punto de perder", dijo hoy a Efe una de las activistas de la campaña, Dusty Berke, que intentaba recaudar fondos en plena calle coincidiendo con el undécimo aniversario del 11S.
Bajo el nombre de "Tiles for America" ("Azulejos para América", en español), el mural ocupa las vallas de un solar frente al ahora clausurado hospital de St. Vincent de Manhattan, donde hace hoy justo once años empezaron a llegar las primeras víctimas de los atentados contra el World Trade Center.
Inscritos con mensajes de paz y esperanza, mezclados con otros de despedida a los asesinados aquel día y de orgullo patriótico y fortaleza, los centenares de azulejos fueron obra de personas que siguieron el ejemplo de artistas del Greenwich Village, que empezaron a colgar palomas de la paz y ángeles en las vallas.
A los pocos días de la tragedia eran ya muchos los azulejos colgados en el lugar, entre los que sobresalen los que incluyen dibujos de las Torres Gemelas, y ahora una construcción planeada por la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA) de Nueva York los pone en peligro.
"Son mensajes de amor, tristeza, esperanza y patriotismo de personas de alrededor del mundo. Queremos salvaguardar las piezas de esta tragedia y que sigan en pie para ver esa parte humana del 11S", dijo Berke, quien detalló que el lugar recauda fondos para trasladar las piezas a un edificio cercano y crear una galería con ellas.
Se trata de un típico edifico antiguo del Greenwich Village de Manhattan, cedido por su propietario, quien lo adquirió un día antes del 11S, y en las paredes de cuyas salas se instalarían los azulejos para poderlos visitar y crear un espacio dedicado también a las artes, según explicó la activista.
"La idea es crear algo para que las generaciones futuras vean cómo reaccionó el mundo ante una tragedia terrible", añadió Berke, que lidera una campaña por internet lanzada por un grupo de ciudadanos para recoger firmas y ayudas económicas para el proyecto.
La opción que propone la MTA es que, una vez se construya una estructura que sirva de ventilación a la línea de metro que pasa por el subsuelo, se incluyan algunas de las baldosas en los muros de ésta, pero para ello se deberán guardar los azulejos en cajas al menos durante los próximos cinco años, algo que no gusta a los activistas.
No es la primera vez que los neoyorquinos se movilizan para salvar el mural, ya que en el pasado año, coincidiendo con el décimo aniversario del 11S los vecinos de la zona se unieron para retirarlas y preservarlas así, ante la llegada del huracán Irene a Nueva York en agosto de 2011.
Unos días después del paso de los fuertes vientos y la lluvia que dejó Irene, los activistas organizaron una ceremonia en la que inauguraron de nuevo el lugar con la participación de víctimas de los atentados que destruyeron las Torres Gemelas, que se admiraban desde la esquina que, por el momento, siguen adornando los azulejos.