Cameron quiere que los ciudadanos de otros países de la UE que lleguen a Reino Unido tengan que esperar cuatro años antes de poder recibir subsidios a la vivienda, para el cuidado de los hijos y otras prestaciones sociales. Para recibir estos beneficios tendrán que haber trabajado y pagado impuestos durante al menos esos cuatro años.
También pide que se regule estrictamente la política de reunificación familiar y poder expulsar del país quienes busquen trabajo y no lo encuentren en seis meses.
El primer ministro conservador aspira a que estas medidas se introduzcan en todos los países de la UE, pero si no es así pide que por lo menos se hagan excepciones para Reino Unido. "Si tengo éxito en ello, hablaré en favor de permanecer en la UE", aseguró. "Si no lo logro, no excluyo absolutamente nada", afirmó.
El primer ministro ha prometido renegociar el acuerdo de Londres con Bruselas y celebrar un referéndum sobre la permanencia del país en la UE en 2017, si gana las elecciones.
El partido de Cameron intenta mostrar así una línea dura en inmigración, para revertir los avances en las encuestas del partido euroescéptico UKIP. El primer ministro trata además de acallar las voces que desde dentro de su propio partido piden que Reino Unido salga de la UE.
A pesar de sus propuestas, el líder tory defendió los beneficios de la UE, sobre todo la libertad de los ciudadanos comunitarios a establecerse en el país que quieran. "Apoyo el principio del libre movimiento de los trabajadores", dijo durante el discurso pronunciado en una fábrica en el área de Midlands. "No queremos destruir ese principio ni darle la vuelta".
Los líderes europeos han advertido a Cameron que el establecimiento de límites para los migrantes de la UE violaría el principio de libertad de movimiento que aparece en los tratados europeos, lo que obligaría a la expulsión de Reino Unido.
El jefe de gobierno británico ha dejado a un lado propuestas como la de establecer límites a la llegada de inmigrantes país por país, o un límite "de emergencia" al número de inmigrantes de países de la UE.
"El señor Cameron está atascado", afirmó hoy el líder de UKIP, Nigel Farage. "Sabe que algunas de las medidas que mencionó hoy serían impugnadas en los tribunales europeos (...) después de las elecciones", advirtió.
"Son ideas de Reino Unido, y son parte del debate", afirmó el portavoz del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. "Tendrán que ser evaluadas sin dramatismo y deberán ser discutidas cuidadosamente y con tranquilidad", dijo Margaritis Schinas. "Los responsables nacionales pueden luchar contra abusos del sistema y la legislación de la UE lo permite".
"Merecemos ser escuchados y debemos ser escuchados", dijo hoy Cameron. "El pueblo británico no entendería que no se encontrase una fórmula sensible que ayude a que este país encuentre su lugar en la UE de una vez por todas".
Según encuestas publicadas esta semana, en el último año llegaron a Reino Unido unos 260.000 inmigrantes, más del doble del objetivo de Cameron, que de cara a las elecciones del próximo mayo prometió que habría menos de 100,000 llegadas al año.
El Partido Laborista, el principal de la oposición, prometió un periodo de espera de dos años antes de poder optar a las prestaciones sociales.(DPA)