El proyecto de ley contempla que a partir de ahora no será la NSA, sino las compañías telefónicas quienes almacenarán los metadatos telefónicos, es decir, datos de conexión como el tiempo, duración y número de las llamadas, aunque no su contenido.
Después, la NSA tendrá que pedir permiso al Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISC) para poder tener acceso a esos datos.
La iniciativa aprobada contempla solamente a ciudadanos estadounidenses, pero no se refiere al espionaje a extranjeros. Las compañías telefónicas privadas deberán almacenar los datos como hasta ahora durante 18 meses.
La ley recibió el respaldo de 303 diputados y el rechazo de 121. El presidente estadounidense, Barack Obama, había anunciado recientemente una reforma del servicio secreto nacional estadounidense después de las críticas internacionales desencadenadas por las revelaciones de Edward Snowden sobre espionaje masivo.
La ley debe recibir también el visto bueno del Senado y la ratificación del presidente. La Casa Blanca ya ha dicho que apoya la reforma.
Sin embargo, las grandes compañías telefónicas han criticado la medida, pues argumentan que no ofrece las garantías adecuadas de protección para evitar la recopilación masiva de datos personales de Internet.
En tanto, algunos opinan que la reforma no va lo suficientemente lejos. Un primer borrador aprobado por el comité de servicios secretos fue aligerada: por ejemplo se eliminó el párrafo donde especifica que al FISC pertenecerá una especie de ombudsman como representante del interés público. (DPA)