Un cable confidencial enviado por la embajada de Estados Unidos en Berlín a Washington en noviembre de 2009 sobre la decisión de GM de no vender Opel a Magna relata con detalle las reacciones de los principales personajes relacionados con la fallida operación.
El cable también revela que Magna, uno de los principales fabricantes mundiales de componentes de automóviles con sede en Canadá, habría perdido algunos de sus principales clientes si se hubiese hecho con Opel y que otros fabricantes de automóviles alemanes aplaudieron la decisión de GM.
"Una fuente de alto nivel indicó que la canciller Merkel está furiosa por la decisión de GM y se niega a hablar con los líderes de GM", señala el cable.
La embajada estadounidense añade que "es probable que será sólo una cuestión de tiempo que los críticos demanden a Merkel que explique su fuerte apoyo del fracasado acuerdo con Magna".
Tras detallar las reacciones negativas de líderes políticos y sindicales alemanes a la repentina decisión de GM de quedarse con Opel tras meses de negociaciones con Magna, el cable señala que otros fabricantes alemanes de automóviles están contentos.
"Norbert Reithofer, el consejero delegado de BMW, le dijo al embajador el 4 de noviembre que la decisión de GM sería bienvenida por el sector del automóvil alemán".
"Reithofer fue categórico que de ninguna forma BMW o otros fabricantes alemanes habrían adquirido componentes a Magna una vez fuese un competidor directo como fabricante de automóviles", añade el análisis de la embajada estadounidense.
El texto incluye la valoración de Reithofer que la decisión de Magna de pujar por Opel se realizó "en un momento de pánico en el punto álgido de la crisis económica".
La embajada señala que de forma privada expertos alemanes han indicado que GM se quedó con Opel por razones como el Centro de Investigación y Desarrollo de Ruesselsheim, sus patentes relacionadas con pequeños vehículos y el temor que Rusia se pudiese hacer con propiedad intelectual de GM.
Para adquirir Opel, Magna se había asociado con el banco ruso Sberbank.
Además, "Magna ha exagerado su capacidad de penetrar en el mercado ruso".