"Se darán ventajas en el área financiera y de financiación", pues "los inversores buscan oportunidades de negocios" y Brasil quiere ofrecerlas para "juntar al hambre con las ganas de comer", declaró el ministro a periodistas tras asistir a un seminario económico en Sao Paulo.
Mantega adelantó que el plazo de gestión de carreteras que se ofrece actualmente al sector privado, que es de 25 años, pasará a 30 años, y que los créditos oficiales para las obras necesarias serán otorgados a 25 años, y no a 20 como hasta ahora.
"El gobierno quiere impulsar la rentabilidad de esos proyectos para hacerlos más atractivos para los inversores" tanto nacionales como extranjeros, indicó.
Sin precisar montos, Mantega dijo que el gobierno tiene en el Banco do Brasil, la Caixa Económica Federal y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) tres "poderosos instrumentos" estatales para financiar proyectos del sector privado.
Las nuevas facilidades anunciadas por Mantega ayudarán a promover un ambicioso plan para la construcción y concesión de carreteras en el país, que fue presentado en agosto pasado y prevé inversiones por 133,000 millones de reales (unos 66,500 millones de dólares) para los próximos 25 años.
Mantega adelantó que, así como con las carreteras, el gobierno estudia alternativas para facilitar también la participación de la empresa privada en la construcción y operación de ferrocarriles.