Cientos de centros de salud de casi 70 ciudades aplicarán vacunas hasta el 24 de febrero a 8.3 millones de personas en Sao Paulo y a 10.1 millones de personas en Río de Janeiro, mientras entre febrero y marzo la campaña se extenderá al estado de Bahía (nordeste).
Ante el aumento de la demanda por el incremento de casos, el ministerio de Salud brasileño dijo que aplicará un alto número de dosis fraccionadas; es decir, con apenas una quinta parte de la dosis normal, para inmunizar a un mayor número de personas.
La fiebre amarilla urbana, que se transmite entre personas por picada de mosquito, está erradicada en Brasil desde 1942, sin embargo, el país sufre desde el año pasado un brote de contagios de la cepa silvestre, que se pasa de monos a personas por medio de mosquitos.
Desde julio a enero fueron confirmados 130 casos de fiebre amarilla, con 53 enfermos que fallecieron por la enfermedad, según datos oficiales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió esta semana que el número de casos de fiebre amarilla confirmados triplicó las últimas semanas, una semana después de recomendar a los viajeros internacionales que se vacunen si prevén viajar al estado de Sao Paulo.
El estado de Sao Paulo cerró el martes un zoológico tras la muerte de monos por causa aparentemente de la fiebre amarilla.
Con todo, el ministro brasileño de Salud, Ricardo Barros, dijo esta semana que “todo está absolutamente dentro de las buenas técnicas”, y hoy prometió que a partir de junio se aumentará el suministro de producción de dosis.