Numerosos visitantes del zoo siguieron a los duques de Cambridge y a su hijo en la primera y quizá única aparición de "baby George", de ocho meses, durante la gira de Guillermo y Catalina en Australia.
En su aparición, el bebé tercero en la sucesión al trono británico protagonizó una metedura de pata, al tirar al suelo un macrotis de peluche que le dieron como regalo. "Le encanta, de verdad", dijo Guillermo intentando salvar la situación frente a sus anfitriones australianos.
El zoo tuvo que cerrar los tornos del zoo una hora antes de la llegada prevista de la familia real ante la enorme multitud que había acudido a verlos. Durante la visita al zoo, conocido también por su impresionante telón de fondo con el puerto de Sydney y la Ópera, la pareja alimentó con zanahorias a las jirafas y acarició a un koala.
La pareja y su bebé habían comenzado el día acudiendo a una misa de Pascua en la catedral anglicana de St Andrew. Catalina vestía un vestido color gris de Alexander McQueen adornado con un sombrero de la casa de moda londinense Jane Taylor, mientras Guillermo llevaba un sobrio traje de negocios.
Para la visita al zoo Catalina se puso un vestido amarillo claro de un diseñador independiente que ya había llevado previamente, mientras Guillermo vistió una camisa azul a cuadros y jeans. El bebé iba en azul, a juego con su padre.
La pareja dejará hoy Sydney y se marchará a Canberra, la capital del país, donde tras una jornada de lunes de descanso, Guillermo, Catalina y Jorge terminarán su visita de diez días con paradas en Adelaida y Yulara, en el desierto central, donde pasará la noche en una tienda de campaña de lujo con vistas al Uluru, la enorme roca roja que se levanta en medio del desierto en el centro del continente.