El comunicado señala que a través del telescopio de Arecibo, el más grande del mundo, un equipo de astrónomos de la Universidad de Pennsylvania detectó señales en una estrella no mucho más caliente que el planeta Júpiter.
El hallazgo de los científicos se produjo cuando estudiaban estrellas pequeñas conocidas como "enanas marrón".
La estrella denominada J1047+21 es más pequeña y más "fría" (menos caliente) que la de nuestro sistema, el Sol, y está ubicada a 33,6 años luz de distancia.
La "enana marrón", cuyo tamaño es similar al del planeta Júpiter, pertenece a Leo, una constelación visible para esta altura del año desde Puerto Rico.
Los astrónomos explicaron que las señales emitidas por la estrella aparentan ser causadas por intensos campos magnéticos en su interior.
Matthew Route, el científico que publicó el descubrimiento, y Alex Wolszczan, líder del equipo, explicaron que la importancia del hallazgo reside en que se están mejorando las técnicas para el estudio de las enanas marrón, lo cual pudiera aumentar las probabilidades de descubrir vida en otras partes del universo.
"Si seguimos estudiando objetos cada vez más fríos, pudiéramos incluso detectar planetas alrededor de otras estrellas con esta técnica, lo cual pudiera contribuir en la búsqueda de vida en otros lugares", indicaron los especialistas.
La SAC destacó que precisamente desde el Observatorio de Arecibo, en 1991, Alex Wolszczan descubrió los primeros planetas fuera de nuestro sistema solar, los cuales orbitan en la constelación de Virgo.
La organización añadió que utilizando otras técnicas, hasta el presente los astrónomos han detectado unos 763 planetas fuera del sistema solar, algunos de los cuales orbitan a su estrella a una distancia ideal para la existencia de agua líquida.
"De hecho, analizando el espectro de luz se ha logrado detectar la presencia de atmósfera en algunos planetas, y ya se sabe que algunos de estos tienen agua", concluyen los científicos de la SAC.