El texto, redactado por los gobiernos de Alemania e Iraq y apoyado por la inmensa mayoría de los miembros de Naciones Unidas, insta a los Estados a tomar medidas que verifiquen la procedencia lícita de todos los bienes culturales que se comercien en sus territorios.
Asimismo, los llama a identificar, conservar y devolver esos bienes cuando sean traficados en los mercados ilegales, y pide intensificar los esfuerzos por inventariar y documentar los objetos del patrimonio en peligro debido a conflictos armados.
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, participó en la sesión de la Asamblea General y destacó la importancia de la resolución, calificando su adopción como un "punto de inflexión" en el combate a todo tipo de terrorismo y otras atrocidades.
"Es importante porque puede identificar las limpiezas étnicas como un nuevo fenómeno que está emergiendo como amenaza a la seguridad de la población y de la región de Medio Oriente. Creo que su adopción tendrá un gran impacto en el futuro de la protección y preservación de la diversidad y el patrimonio cultural", subrayó.
En este contexto, Bokova apeló a la responsabilidad histórica de la comunidad internacional y la exhortó a procesar penalmente a quienes atenten contra el legado y la diversidad cultural.