El Vaticano insistió en que la presencia en la Iglesia de clérigos anglicanos casados convertidos al catolicismo, no significa cambio alguno en la norma del celibato sacerdotal.
La sala de prensa vaticana publicó el texto completo de la constitución apostólica (decreto supremo de Benedicto XVI) "Anglicanorum Coetibus" con la cual abre la puerta a las conversiones "corporativas" de anglicanos a católicos.
El anuncio de esta medida, dado a conocer el 20 de octubre pasado, despertó numerosas dudas sobre cómo serían recibidos en la Iglesia de Roma los ministros de culto casados que dejen la Iglesia de Inglaterra.
Uno de los puntos más controvertidos es el de los seminaristas anglicanos que se conviertan y tengan mujer e hijos.
En respuesta el texto de la constitución refrendó la regla general del celibato, incluso para los ex anglicanos convertidos aunque dejó abierta la puerta a posibles excepciones.
El punto VI.2 del documento estableció que "en plena observancia de la disciplina sobre el celibato clerical de la Iglesia Latina" se admitirá "al orden del presbiterado sólo hombres célibes".
El mismo apartado apuntó que se "podrá dirigir una petición al romano pontífice de admitir, caso por caso al orden sagrado del presbiterado incluso hombres casados, según criterios objetivos aprobados por la Santa Sede".
La constitución consideró además que los sacerdotes anglicanos "en situación irregular", es decir divorciados, no podrán ser presbíteros católicos aunque se conviertan.
Un comunicado de prensa, difundido junto con el texto del decreto papal, indicó que "la posibilidad de la presencia de algunos clérigos casados (.) no significa en algún modo un cambio en la disciplina de la Iglesia en lo que respecta al celibato sacerdotal".
El contenido del decreto pontificio podría frustrar la conversión al catolicismo de uno de los grupos anglicanos más numerosos, la "Traditional Anglican Communion" (TAC) la cual dice agrupar a unos 500 mil fieles.
En la asamblea de la rama británica de este organismo, el 29 de octubre pasado, sus miembros votaron a favor de abrazar la fe católica pero, al mismo tiempo, pidieron al Vaticano continuar la ordenación sacerdotal de hombres casados.
Fundamentaron su petición en que "la familia se encuentra bajo tal ataque que el carisma familiar de los sacerdotes debería ser tomada en cuenta".
En tanto, la nota de prensa vaticana señaló que "esta constitución apostólica abre un nuevo camino para la promoción de la unidad de los cristianos, reconociendo al mismo tiempo la legítima diversidad de expresión de nuestra fe común".
"No se trata –agregó- de una iniciativa que tuvo origen en la Santa Sede sino de una respuesta generosa de parte del Santo Padre a la legítima aspiración de tales grupos anglicanos".
