El nuevo gobierno será presentado hoy al rey Carlos XVI Gustavo durante una reunión del Consejo de Estado.
Andersson mantuvo las 22 carteras y varios nombres que figuraban en el anterior gobierno rojiverde del también socialdemócrata Stefan Löfven, como Ann Linde (Exteriores) y Morgan Johansson (Justicia) e introdujo varias novedades para cubrir los cinco ministerios que dirigía el Partido de Medioambiente, su antiguo socio de coalición.
Su puesto como ministra de Finanzas lo ocupará ahora Mikael Damberg, antes al frente de Interior.
El primer gobierno socialdemócrata en solitario en una década y media controla aproximadamente algo más de una cuarta parte de los escaños y conducirá el país hasta las elecciones generales de septiembre de 2022.
Durante su comparecencia ante la Cámara, Andersson -primera mujer en dirigir un Ejecutivo en Suecia- fijó como prioridades la lucha contra la delincuencia y la discriminación, la transición a una economía verde y reforzar el estado de bienestar.
Andersson fue elegida ayer por segunda vez en menos de una semana, después de que el miércoles dimitiera unas horas más tarde de haber sido votada, debido a la salida de la coalición de los verdes en protesta porque el Parlamento había aprobado los presupuestos de la oposición de derecha.
Suecia vive una situación de inestabilidad política desde hace años por el "cordón sanitario" de varios partidos a la ultraderecha, que ha permitido que un Ejecutivo rojiverde en minoría gobernase desde 2014 con el socialdemócrata Löfven a la cabeza.
La necesidad de contar con el apoyo de varias fuerzas opuestas como centristas, liberales y socialistas ha aumentado la inestabilidad en esta legislatura, en la que Löfven se convirtió en junio en el primer jefe de gobierno en ejercicio en perder una moción de censura, aunque regresó al poder dos semanas después.
Löfven anunció en agosto inesperadamente que dejaría sus cargos para allanarle el camino a su sucesor de cara a las elecciones.
En los últimos dos años el aislamiento a la ultraderecha, tercera fuerza parlamentaria, se ha ido resquebrajando, con conservadores y democristianos a la cabeza, pasando de los primeros contactos exploratorios a negociar unos presupuestos, aunque insisten en que no formará parte de ningún hipotético gobierno.