Los resultados de la visita apostólica están cubiertos por el secreto pontificio. Hasta hoy no existe ninguna comunicación al respecto. En cualquier caso aceptaremos con obediencia lo que la Santa Sede quiera pedirnos', dijo en declaraciones al diario italiano La Republica.
Garza reconoció que como consecuencia de la visita apostólica unos 20 sacerdotes abandonaron la congregación, pero aseguró que "no existe ninguna guerra interna", más bien "exigencias legítimas de claridad y verdad" además de 'un espíritu de reconstrucción para el futuro".
Aceptó que existen también expectativas hacia la actual cúpula que, insistió, fue descubriendo los actos inmorales del fundador, Marcial Maciel Degollado, poco a poco en los últimos años.
"Era difícil entender que de su parte existiesen acciones tan inmorales y aberrantes", explicó para luego calificar como 'un duro golpe' la sanción impuesta por El Vaticano a Maciel en 2006. "Terminada la investigación fue claro que las acusaciones eran fundadas", apuntó.
En cuanto a las insinuaciones sobre el poder económico de la Legión, Garza afirmó que le 'dan risa'.
Añadió que "nuestras actividades son apostólicas, no tenemos ganancias; el dinero producido en cada ejercicio viene reinvertido en nuevas obras o en fondos para la pensión y la cobertura de enfermedades".
Este viernes 30 de abril el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, se reunirá en privado con los cinco obispos que han conducido la visita apostólica a la congregación, una auditoría a casas, seminarios, escuelas y universidades.
La investigación fue ordenada por el Papa Benedicto XVI tras los escándalos salidos a la luz sobre la vida del fundador que incluyen abusos sexuales contra menores, adicción a las drogas y la procreación de varios hijos con mujeres en relaciones estables.
En la reunión de este viernes los visitadores harán una primera presentación de sus conclusiones y propuestas, que después presentarán al Papa, quien tomará una decisión final.