La Cumbre Iberoamericana reunirá en la ciudad española de Cádiz el 16 y 17 de noviembre a jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, España, Portugal y Andorra, además de observadores y representantes de organismos internacionales.
Los mandatarios de Argentina, Venezuela, Cuba, Guatemala y Paraguay no asistirán, por diferentes razones.
Junto a la Declaración de Cádiz y el Plan de Acción con medidas concretas de concertación, altos funcionarios consensúan hoy y mañana en Cádiz una serie de comunicados especiales.
Todos esos documentos aunan posiciones de los países que forman el espacio iberoamericano, tanto en temas regionales como en otros de interés global, dijeron a Efe fuentes diplomáticas.
Pero los líderes iberoamericanos debatirán sobre todo como aprovechar el potencial común en favor del crecimiento y el empleo, especialmente a través de la cooperación entre pequeñas y medianas empresas de ambos lados del Atlántico.
Una de las propuestas será la creación de un centro de arbitraje para mediar en litigios comerciales, como los que este mismo año han enfrentado empresas españolas en Bolivia o Argentina.
Un tema central de debate será la concertación política en foros multilaterales, como el G-20 del que forman parte varios países iberoamericanos o la ONU, organismo en el que aspiran a tener una mayor representación regional.
La Cumbre de Cádiz propondrá al expresidente chileno Ricardo Lagos dirigir un grupo de reflexión para renovar el sistema de Cumbres Iberoamericanas, según avanzó el ministro de Exteriores español, Jose Manuel García Margallo.
Se baraja la idea de convertir estas citas en bienales a partir de 2013 en Panamá, en alternancia a las cumbres UE-América Latina y el Caribe, que se celebran cada dos años. El próximo enero esta última se celebrará en Santiago de Chile.
El lema de la XXII edición de la Cumbre Iberoamericana es "Una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz", en referencia a la Carta Magna que aprobaron en 1812 diputados españoles y latinoamericanos.