De acuerdo con las investigaciones de la fiscalía, ocho de los 22 muertos fueron en realidad asesinados por los militares con armas de los delincuentes cuando ya se había acabado el tiroteo previo.
"Ya se hizo la consignación", dijo a la cadena radiofónica MVS el fiscal Jesús Murillo Karam.
Un sargento y dos soldados fueron acusados de homicidio calificado, mientras que el teniente que estaba al frente de la operación enfrenta cargos de encubrimiento.
Murillo Karam no descartó que haya más acusados. A finales de septiembre fueron arrestados ocho militares por este caso, después de revelaciones periodísticas pusieran en duda la versión oficial de que los 22 presuntos delincuentes habían muerto en un enfrentamiento.
"Estos ocho (asesinados), las balas que tenían no pertenecían a las balas del Ejército y eso nos confundía mucho", dijo Murillo Karam. "Descubrimos después que fueron muertos con las armas de los propios muertos que estaban ya en el lugar".
"Ha sido una investigación muy difícil, los peritajes tardaron mucho tiempo", señaló.
Los hechos de Tlatlaya ocurrieron el 30 de junio en una bodega, en un operativo para rescatar a tres mujeres que estaban supuestamente secuestradas, aunque luego se comprobó que acompañaban al grupo armado. Una de ellas era madre de una jovencita de 15 años que murió.
La mujer fue entrevistada por la revista "Esquire" y afirmó que sólo una persona había muerto en el tiroteo y que las demás habían sido asesinadas cuando ya se habían rendido, aunque después, en su declaración oficial ante la fiscalía, modificó un poco la versión al señalar que había habido varios muertos en el tiroteo previo.
Al caso Tlatlaya, que generó fuertes críticas a México por parte de organizaciones de derechos humanos, se sumó en los últimos días el asesinato de seis personas y la desaparición de 43 estudiantes de una escuela rural de magisterio en el sureño estado de Guerrero, por parte de policías municipales coludidos con el crimen organizado. (DPA)