Tras la audiencia general de los miércoles, que presidió en la Plaza de San Pedro, el pontífice saludó a Sergio Burtstein, líder de la asociación 18J que agrupa a sobrevivientes, familiares y amigos de víctimas del atentado a la AMIA.
Fue un encuentro corto y durante el cual el Papa se comprometió a hacer “todo lo posible” a la solicitud de que interceda ante el gobierno de Irán para que los acusados del ataque, que son de esa nacionalidad, comparezcan ante la justicia argentina.
Tras la reunión y ante la prensa, Burtstein aseguró que el objetivo de su viaje al Vaticano fue también pedir al líder católico “una palabra de paz” para que “se bajen los decibeles” en Argentina.
Con esas palabras se refirió a la creciente tensión política en Argentina, luego que el fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, fue hallado sin vida en su domicilio de Buenos Aires el pasado 18 de enero.
Cuatro días antes, Nisman había presentado una denuncia contra la presidenta argentina Cristina Fernández y sus colaboradores más cercanos, por supuestamente urdir un plan para dar impunidad a los responsables iraníes del atentado terrorista contra la mutual.
Mientras, aún no se determina si Nisman se suicidó, este 18 de febrero tendrá lugar una marcha de silencio “por la República y por la justicia”, en Buenos Aires y en otras ciudades argentinas.
“No se mencionó nada sobre la marcha, pero no se puede eludir que nos recibió hoy, 18 de febrero, cuando podía haberlo hecho el 25”, indicó Burtstein.
“Ojalá esto sirva para trasladar a la Argentina la caricia en el alma del Papa y se genere la paz. Necesitamos vivir en paz en un momento difícil de desunión, de confusión”, agregó.
A la cita lo acompañaron Carlos Daniel Komarovsky, Graciela Linial y Hugo Fryszberg, quienes ya se habían reunido con Francisco el 5 de julio de 2013, en un encuentro privado de casi dos horas en la Casa Santa Marta del Vaticano.
Esta vez no hubo audiencia, sino un breve intercambio de palabras en el que pidieron a Francisco que medie ante los gobiernos de Irán e Israel para que comparezcan ante la justicia argentina no sólo los imputados iraníes, sino también Isaac Avirán, ex embajador israelí en Buenos Aires.
“El Papa fue muy elocuente. Se movió hacia atrás y nos dijo: Yo voy a hacer todo lo posible”, precisó Burtstein respecto a la solicitud hecha al líder católico.
Aunque reconoció el derecho de todas las personas a manifestarse de manera pública en Argentina, criticó a los fiscales que organizan la marcha, porque dijo que muchos de ellos actuaron “perversamente” cuando les tocó ocuparse del caso AMIA”.
“Marchan en defensa propia. Marchan para expiar sus culpas. No tienen derecho ni altura moral para marchar por la memoria ni de Alberto (Nisman) ni de las víctimas, porque cada vez que les ha tocado actuar lo han hecho de manera lamentable”, estableció.
Por otra parte Carlos Komarovsky lamentó que las víctimas de AMIA hayan sido olvidadas por la misma comunidad judía y por buena parte de la sociedad argentina, ya que todos se ocupan de las cuestiones políticas, pero “a nadie le interesa el padecimiento de las familias”.
“Nosotros estamos en contacto con las asociaciones de familiares de las víctimas de los atentados en Atocha (Madrid, España 2004) y en la Torres Gemelas (Nueva York, Estados Unidos, 2001). Ellos al menos tienen algunos detenidos por esos ataques, pero nosotros en Argentina no tenemos absolutamente nada”, lamentó. (DPA)