Papa honra a víctimas judías y elogia la amistad entre confesiones

El papa Francisco visitó hoy los lugares clave del judaísmo en Jerusalén: el Muro de las Lamentaciones, la tumba del fundador del sionismo y el museo sobre el Holocausto, y expresó su admiración personal por el presidente israelí, Shimon Peres, durante su último día de viaje por Tierra Santa.

También hizo una parada no prevista ante el monumento a las víctimas de atentados suicidas, al parecer a pedido del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, según dijo un portavoz del gobierno a dpa a condición de anonimato.

"Rezo por todas estas víctimas del terrorismo y por todas las víctimas del terrorismo en el mundo", dijo el pontífice mientras apoyaba la mano en el rectángulo de piedra que conmemora a los muertos.

Durante su encuentro con Netanyahu, el primer ministro subrayó a Francisco que la valla construida alrededor de Cisjordania "salvó miles de vidas". El religioso se había detenido el domingo de forma inesperada ante el muro y rezado allí, en reconocimiento del sufrimiento de los palestinos. Y su paso hoy por monumento a las víctimas de los atentados suicidas fue vista como una especie de contrapeso.

El pontífice comenzó el día con una visita a la explanada de las Mezquitas, donde Francisco se entrevistó con el gran muftí de Jerusalén, Mohammad Hussein, una figura polémica porque hace unos años justificó la violencia en la lucha contra los judíos. Por ello, el gesto del papa no sentó bien en Israel.

El gran muftí es elegido por el presidente palestino y es el responsable de todos los lugares santos del Islam en Jerusalén, incluida la Mezquita de Al Aqsa, construida sobre el Monte del Templo, también sagrado para los judíos.

En el encuentro, el papa argentino llamó una vez más a la paz. "Respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas. Aprendamos a comprender el dolor del otro. ¡Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia! ¡Trabajemos juntos por la justicia y por la paz!"

También defendió indirectamente su decisión de reunirse con el gran muftí: "Mi peregrinación no sería completa si no incluyese también el encuentro con las personas y comunidades que viven en esta Tierra, y por eso, me alegro de poder estar con ustedes, fieles musulmanes, hermanos queridos".

Luego, Francisco se trasladó al Muro de las Lamentaciones, lo único que queda en pie del segundo templo y el lugar más sagrado para los judíos, e introdujo un papel como es tradición entre sus grietas. Francisco escribió en él un Padre Nuestro en español, la lengua en la que aprendió a rezarlo "de su mamá". A su lado estaban el rabino y el clérigo musulmán argentinos a los que pidió que lo acompañaran en su viaje.

A continuación se dirigió a la tumba de Theodor Herzl, en la que colocó una corona de flores. Herzl fue el fundador del sionismo moderno y por tanto símbolo del retorno de los judíos a Israel.

El líder de los católicos acudió también al Memorial Yad Vashem sobre el Holocausto, donde afirmó que el asesinato de seis millones de judíos en la Alemania nazi es una muestra de la inhumanidad de la que es capaz el hombre.

"Nunca más, Dios, nunca más", pidió el papa. "Aquí estamos, Dios, avergonzados ante lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, fue capaz de hacer".

Y, recordando los versos de la Biblia en los que Dios se dirige a Adán después del pecado original y le dice que no lo reconoce, el religioso subrayó: "Hombre, ¿quién eres? Yo no te conozco. ¿En qué te has convertido? ¿Qué horror has sido capaz de hacer?"

Luego acudió al gran Rabinato de Israel, donde hizo una visita de cortesía a los dos grandes rabinos de Israel: el askenazi, David Lau, y el sefardita, Yitzhak Yosef. En su discurso el papa recordó el acercamiento que ha habido en las últimas décadas entre ambas confesiones, que calificó de "un auténtico don de Dios".

En su reunión con Peres en la residencia oficial del presidente, de 90 años y que termina en breve su mandato, el papa lo elogió como un auténtico "hombre de paz". A su llegada, improvisó unas palabras de saludo: "Con mi imaginación y fantasía quisiera inventar una nueva Bienaventuranza, que aplico hoy a mí, en este momento: 'Bienaventurado el que entra en la casa de un hombre sabio y bueno'. Y yo me siento bienaventurado ¡Gracias de corazón!"

Peres aprovechó para aceptar personalmente la invitación que el papa le había hecho el domingo de trasladarse al Vaticano para participar en una oración conjunta por la paz con el presidente palestino, Mahmud Abbas.

"Su llamado a la paz tendrá un eco positivo en toda la región", dijo Peres, y expresó la esperanza de que se haga realidad la solución de dos estados. "Un Estado judío, Israel. Y un Estado árabe, Palestina", resumió como objetivo.

Sin embargo, las funciones de Peres son meramente representativas y no tiene influencia sobre la política israelí, que está en manos del primer ministro Netanyahu.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que no hay fecha para el encuentro con Peres y Abbas. "Esperamos que sea en breve", comenó en rueda de prensa en Jerusalén. El mandato de siete años de Peres acaba a finales de julio.

Antes de partir de regreso a Roma, el papa oficiará misa en el Cenáculo, la habitación donde según la tradición católica tuvo lugar la Última Cena.

La visita comenzó el sábado en Jordania y su punto culminante fue el encuentro el domingo con el patriarca de Constantinopla, Bartolomeo, para conmemorar el 50 aniversario de la histórica reconciliación entre ambas Iglesias. (DPA)