Panneta y ambos ministros expresaron "su deseo de trabajar juntos para abordar una serie de cuestiones importantes, tales como el desarrollo continuo de las Fuerzas de Seguridad nacionales Afganas y la prevención de los ataques internos", informó hoy en un comunicado el portavoz del Pentágono George Little.
El secretario de Defensa estadounidense "elogió" a ambos ministros por su "profesionalidad y la capacidad de mejorar el Ejército Nacional Afgano y la Policía Nacional Afgana", y reiteró el compromiso de Estados Unidos para lograr "un Afganistán seguro y estable".
El pasado 15 de septiembre el Parlamento afgano dio su aprobación a los candidatos a encabezar los servicios secretos afganos (NDS) y los ministerios de Interior y Defensa.
Sorprendió el nombramiento de Mohammadi como nuevo ministro de Defensa, pues él era el ministro de Interior saliente que había sido reprobado en agosto por el Parlamento.
La maniobra del presidente afgano, Hamid Karzai, ha sido interpretada por los analistas como un intento de asegurar que su esfera de influencia queda intacta antes de decidir quién será su sucesor con vistas a las elecciones de 2014, justo cuando debe concluir el repliegue de la OTAN.
La nueva cúpula de seguridad afronta en cualquier caso un panorama muy delicado, porque debe gestionar el proceso de salida de las tropas internacionales mientras se afana por luchar contra los insurgentes, fortalecidos en los últimos años.
Los talibanes luchan por derribar al gobierno afgano y lograr la salida inmediata de las tropas internacionales con vistas a implantar un régimen fundamentalista islámico, como ya hicieron entre los años previos (1996-2001) a la invasión de país.