Se pronunció porque desde el Legislativo, por ejemplo, se redefina la existencia, razón de ser y atribuciones de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, pues lejos de proteger el poder de compra, ha sido cómplice del gobierno en el saqueo y pérdida de la calidad de vida de los trabajadores.
Exhortó al mismo Legislativo a tomar cartas en esta materia durante la negociación y en la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pues incluso el gobierno y el empresariado de Estados Unidos –según diversas fuentes periodísticas- ya se pronunciaron porque se eleve el salario en México para eliminar una fuente de competencia desleal en la producción e intercambio de mercancías.
Recordó que el GPPRD ha presentado iniciativas de reforma y puntos de acuerdo al respecto. Solicitó a los demás grupos parlamentarios mostrar su interés real por México y los mexicanos dándoles el curso correspondiente a tales propuestas para que impacten en un mejor nivel de vida en el país.
“No por interés de Estados Unidos y sus empresarios, sino por el interés de México y los mexicanos, por la necesidad de fortalecer el propio mercado interno con un mayor poder de compra real para los asalariados en su papel de consumidores y por la imperiosa necesidad de impulsar otras formas de capitalización basadas en la tecnología y la innovación, y no en un trabajo asalariado barato ni en la depredación del medio ambiente, es urgente elevar el salario”, reiteró Saldaña.
No es posible –afirmó- que se continúe basando la competitividad del país en mano de obra barata y no en el desarrollo científico y tecnológico para producir nuevos y mejores productos, pues ello finalmente debilita al mercado nacional y al de toda la región.
Se dice con frecuencia –dijo el legislador por Veracruz- que el TLCN beneficia a todos los consumidores de la zona porque pone a su alcance productos más baratos, pero eso es una verdad a medias y hasta una falacia si se considera que, por ejemplo, en México tenemos 50 millones de personas en pobreza o miseria, muchos de ellos sin lo necesario siquiera para comer, de modo que no pueden acceder a múltiples bienes por muy baratos que sean.
En realidad –continuó-, a los priistas y sus cómplices les conviene una menor paga a los trabajadores porque significa para ellos otra forma de pillaje y otra fuente de capitalización en sus aspiraciones para entrar y apoderarse de industrias a las que hoy tienen acceso limitado, como la energética, tal como sucedió en el pasado con otros sectores.
Reiteró que el poder de compra de los mexicanos ha tenido un desplome en las últimas décadas a pesar del aumento de su productividad mientras unos cuantos individuos –entre ellos ex presidentes, ex gobernadores y otros funcionarios del gobierno federal, principalmente priístas- acumulan riquezas inauditas tras apoderarse de sectores clave de la economía -como telecomunicaciones, ferrocarriles y las finanzas- y el robo desvergonzado de recursos públicos, es decir, del robo de los impuestos pagados por los contribuyentes, entre ellos los trabajadores y sus patrones.
Con el actual salario mínimo de México, hoy sólo se puede comprar un tercio de la canasta básica alimentaria y ese porcentaje sigue disminuyendo a pesar del más reciente “pacto” económico convocado por Enrique Peña Nieto a raíz de la inflación desatada por su “gasolinazo”.
En lo que va del actual sexenio priista, el salario perdió ya más de 11 por ciento de su poder de compra y la participación de los salarios en el Producto Interno Bruto cayó del 37 por ciento en los 80 a menos de 29 por ciento, según reveló el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Esto no puede seguir. No le conviene ni a los mismos priistas –aunque sí a unos cuantos de sus dirigentes-, ni a los estadounidenses ni, desde luego, a los trabajadores mexicanos que esto siga así. El país debe salir de esta dinámica porque va a un callejón sin salida. Las instituciones nacionales deben evitarlo”, concluyó Saldaña.