En una conferencia conjunta con el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, indicó que nuestro país tiene una fortaleza fiscal, un manejo de deuda adecuado, cuenta con coberturas petroleras, una baja inflación, reservas internacionales altas y una línea de crédito flexible del Fondo Monetario Internacional (FMI), además de las reformas estructurales.
“México está en una posición de fortaleza para enfrentar el nuevo entorno”, derivado del proceso electoral de Estados Unidos, donde Donald Trump será el nuevo presidente de ese país, lo que generó volatilidad en los mercados financieros e impactó las variables económicas de México, sobre todo el tipo de cambio, como sucedió en otros países, comentó.
Al respecto, el gobernador del Banco de México, indicó que tomará en cuenta la situación externa para las decisiones de política monetaria que su Junta de Gobierno, que sesionará la próxima semana, considere pertinentes para cumplir con su mandato prioritario de mantener una inflación baja y estable.
El Secretario de Hacienda aseguró que “en efecto nuestro país goza de estabilidad macroeconómica que se ha logrado a través de muchos años de la aplicación de políticas fiscal y monetaria responsables, prudentes y oportunas y un sistema financiero bien capitalizado, solvente y sin problemas de liquidez”.
Añadió que el resultado de la elección presidencial en Estados Unidos “no implica un impacto inmediato en el marco normativo que regula el comercio de bienes y servicios, flujos financieros o la capacidad de las personas para viajar a otros países”.
Meade Kuribreña destacó que el funcionamiento de los mercados se mantiene ordenado y añadió que la Comisión de Cambios está pendiente para analizar el comportamiento de los mercados y tomar las decisiones necesarias para evitar movimientos erráticos del tipo de cambio que lleven a equilibrios indeseables.
“El compromiso que hacen las autoridades del país es que en la medida en que se obtenga información adicional y estando vigilantes de nuestro entorno de mercado, se procederá a ajustar las políticas fiscal, monetaria, financiera y comercial, buscando que se preserven los fundamentos macroeconómicos sólidos, lo que es esencial para anclar el valor de nuestra moneda y para poder retomar y mantenernos en una senda de crecimiento económico sostenido, con estabilidad financiera”, dijo.
Refirió que se acelerará la implementación de las reformas estructurales, con el objeto de mantener la dinámica del mercado interno y se buscará la pronta aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2017.
“México ha vivido en el pasado retos de volatilidad que hemos enfrentado en unidad aprovechando nuestra solidez económica y tomando decisiones correctas y prudentes de política y esta no debe ser la excepción”, afirmó.
El secretario detalló que la fortaleza fiscal del país se refleja en un incremento de casi cinco puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) de recaudación tributaria entre 2008 y 2015 y en un programa de consolidación fiscal que es consistente con la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2017 aprobado por el Congreso de la Unión.
Además, la estrategia de manejo de deuda no requiere que el gobierno federal recurra a los mercados financieros internacionales durante el resto de 2016 y del siguiente ejercicio; a lo que se suma el avance significativo en el proceso de transformación de Petróleos Mexicanos (Pemex) y su plan de negocio.
México también goza de una baja inflación, de niveles de 3.0 por ciento y con expectativas futuras bien ancladas dentro del rango efectivo del Banxico; reservas internacionales de 175.1 mil millones de dólares, monto suficiente para cubrir la totalidad de la tenencia de inversionistas extranjeros en deuda interna denominada en pesos.
Por otro lado, se tiene la línea de crédito flexible del FMI, un sistema bancario con un sistema de capitalización de 14.9 por ciento y suficiente liquidez, con lo que supera pruebas de estrés más rigurosas que las establecidas por la regulación vigente, puntualizó.