Al presentar a la Embajadora de Malasia en nuestro país, Excelentísima Señora Dato’ Jamaiyah M. Yusof, quien ofreció una Conferencia Magistral en el Senado de la República sobre “La Cultura Empresarial de Malasia en México”, el senador de San Luis Potosí dijo que lo que se busca es que las universidades y centros de estudio dejen de ser “fábricas de desempleados”.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico destacó que Malasia pasó de ser primordialmente un exportador de materias primas a un país modernizador con perspectivas de desarrollo muy prósperas.
En su intervención, la Embajadora puntualizó las acciones más importantes mediante las cuales Malasia cobró relevancia en el ámbito mundial y se posicionó como una de las economías con mayor crecimiento en los últimos años.
Desde que se independizó de Inglaterra en 1957, el gobierno malayo se preocupó por reducir los índices de pobreza en un país multicultural. Tan sólo en 2012 su Producto Interno Bruto (PIB) fue de 5.6% y su facilidad para hacer negocios, de acuerdo con el Banco Mundial, lo situó en el lugar 18. Igualmente, en 2011 el Foro Económico Mundial lo ubicó en el lugar 21 de competitividad global.
Lo anterior ha sido posible gracias al plan a largo plazo “Visión 2020”, el cual tiene como objetivo hacer de Malasia un país totalmente desarrollado para la segunda década de este siglo, a través de programas de transformación en materia gubernamental, política y económica. Asimismo, coloca a sus habitantes como prioridad, para quienes buscan un alto ingreso, inclusión y calidad de vida con políticas sustentables.
En materia de turismo, Malasia ocupa el primer lugar en seguridad en el sureste asiático y el noveno como destino turístico a nivel global. En general, es una nación abierta al mundo, interesado en cooperar y profundizar las relaciones económicas y comerciales con la comunidad internacional.
La Señora Dato’ Jamaiyah se refirió particularmente a la educación, la cual ha sido un eje de vital importancia en el progreso de su país. Malasia destina 20% de su presupuesto anual a este rubro a fin de brindar una educación de clase mundial a sus jóvenes, en especial a aquéllos de bajos recursos que habitan en las zonas rurales. El éxito del sistema se refleja en los más de 80 mil estudiantes internacionales que están matriculados en sus universidades.
Además de la educación, la fórmula de la prosperidad del país asiático ha consistido en la cultura de trabajo de su población, en su estructura de gobierno parlamentario y en buen liderazgo enfocado al desarrollo y bienestar de Malasia.